“Me acusó de estar loca, para quitarme a mi hija”: Oliva narra la violencia vicaria que vive desde hace dos años y medio

#Oaxaca 17 Nov (#Istmopress) – Oliva solo puede ver a su hija un par de horas al día tres veces por semana y lo hace bajo la vigilancia del padre de la menor. Así han sido los encuentros con su pequeña hija desde hace dos años, cuando el juez mixto de primera instancia de Puerto Escondido, Oaxaca le concedió a quien fuera su compañero de vida la guardia y custodia definitiva de la menor de ambos. Esta determinación la dictó porque él la acusó que estaba mal de sus facultades mentales.

“Me acusó de estar loca, para quitarme a mi hija”, expresa con enojo Oliva, que mientras ve pasar los días, retoma más fuerza para luchar por recuperar a su hija y terminar por de una vez por todas de ese martirio, que dice ha podido sobrellevar con la ayuda de otras mujeres.

La violencia vicaria es una realidad en Oaxaca, al menos medio centenar de mujeres la viven, porque sus parejas con supuesto “poder”, pagan la justicia, creyendo que afectan a la madre de sus hijas e hijos, sin embargo, Oliva reconoce que la única persona dañada hasta ahora es su hija, hoy de 3 años y medio.

Al relatar, Oliva se pone triste, pero asegura que es parte del proceso y que pronto, todo volverá a la normalidad, pues gracias al acompañamiento del Frente Nacional contra la Violencia Vicaria y de su representante en Oaxaca, ha sabido entender la situación legal y tras una lucha de meses, un magistrado de Oaxaca determinó que hubo violaciones procesales y la urgente reposición del procedimiento.

“Espero y anhelo que esta lucha que me ha desgastado emocional y económicamente me devuelva a mi hija, no es posible que una menor de 3 años y medio esté lejos de su madre, solo porque a su padre se le ocurrió mentir y pagarle dinero al juez, eso es crueldad”, refirió.

Vivir con violencia vicaria significa recalca la joven mujer perderse de los festivales de su hija, sus cumpleaños, no atenderla en sus noches de enfermedad, ni ver sus bromas ni sus risas.

“Claro, el juez como es hombre, no le importa lo que suceda, no le importa que mi hija no conviva conmigo, no le importa mi sufrir, no le interesa que mi hija este en riesgo, pues ese señor es alcohólico y consume marihuana, eso no les importa, porque no es su hija, pero mía sí es”, externó.

Oliva brinda servicios de belleza y eso la hace vulnerable, pues no tiene recursos como el padre de su hija, quién estudió derecho y es empresario local en Puerto Escondido.

**Por denunciar violencia, me quitó a mi hija

Las emociones florecen cuando habla de su hija, y es que no vivir con ella es un sufrir constante.

Recuerda que cuando su hija cumplió un año y medio, y tras vivir 11 meses en casa de su mamá, decidió volver a Puerto Escondido, y fue justamente cuando el padre de la menor se enoja y comienza a ejercer violencia psicológica en su contra. Ella tuvo miedo y denunció confiando que al hacerlo lograría la paz que tanto anhela.

“Busqué a un abogado de oficio, confié en las autoridades y pedí la guardia y custodia de mi hija, pero esto molesto mucho a su padre, quién me amenazó y me advirtió que lo pagaría caro, me exigió revocar la demanda, pero no, y a él se le hizo fácil presentar un documento diciendo que “yo estaba loca”, el juez le creyó, me quitan la patria potestad y sigo luchando.

Oliva desconocía la existencia de la violencia vicaria, y fue a través de una amiga que se enteró. Mientras tanto su salud emocional y estado financiero estaban deteriorados.

“Finalmente decidí salir del hoyo, busque ayuda, contacté con mujeres qué así como yo, también sufren violencia vicaria, y de ahí busque ayuda con otra abogada y hoy, por fortuna, un magistrado de Oaxaca me está dando la razón, revocaremos esa sentencia, porque violenta mis derechos humanos”.

En medio de su desdicha, la joven madre sigue trabajando, visibilizando su caso, y denunciando a los jueces corruptos y pide a las autoridades cumplir su único deseo que es “recuperar a su hija y abrazarla para siempre”.

“Lo único que exijo es justicia, el mentiroso es otro, el que está mal de sus facultades mentales es otra persona, mi hija merece una vida digna con amor de su mamá, a quién le han arrebatado el derecho a la crianza y le han violentado sus derechos humanos”, concluyó.

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

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