Violencia vicaria: Castiga a la madre y viola los derechos de una niña

* Fotógrafa italiana denuncia graves daños para su su hija y para ella

* La menor, interna en una casa hogar del DIF Oaxaca está en riesgo

Soledad Jarquín Edgar

#SemMéxico #Oaxaca 16 Nov (#Istmopress) – “Ada” cumple este día tres meses en la Casa Hogar número 1 del DIF Oaxaca, donde por orden de una jueza fue separada de su madre, la fotógrafa italiana Elena Marini, quien en ese lapso ha buscado que las autoridades oaxaqueñas le devuelvan a su hija, “reclamada” por su padre biológico, quien no reconoció legalmente a la niña.

En la Casa Hogar -cuenta la niña a su madre- ha sufrido violencia física y hace unos días fue golpeada a cachetadas y con el puño cerrado, para luego ser ahorcada hasta el desmayó por parte de una niña “que es superior” a ella, por lo cual tuvieron que llevarla al área médica, revela Marini preocupada.

A pesar de los reclamos por la vía jurídica de la madre, una carta enviada a la presidenta del Sistema DIF, Irma Bolaños, el castigo a la madre continúa en un claro hecho de violencia vicaria, explica Marini.

El sistema judicial de Oaxaca ha violado los derechos fundamentales de la niña, en un afán de castigarla y favorecer al padre biológico, quien 10 años después reclama la guarda y custodia de la menor. 

Narra que hace poco más de 10 años, aunque pretendió reconocer la paternidad pero Marini se opuso por «la naturaleza violenta» de León Pacheco, pero accedió a la convivencia padre-hija desde que la niña tenía dos años de edad, pensando que era lo mejor para ella.

La menor es ciudadana italiana, de ahí que la Embajada del país del Mediterráneo europeo también ha solicitado que el aparato de justicia de Oaxaca sea imparcial, ya que hasta hoy las decisiones, principalmente, de la jueza del séptimo juzgado de lo Familiar, Concepción Cruz, castigan a la niña para lesionar a la madre, dice Elena Marini.

Un día antes del 16 de agosto, su hija estuvo escasamente una hora en casa de su padre biológico, quien vive muy cerca de la casa que ella y su hija ocupan en la colonia Alemán en la capital oaxaqueña. Cuando volvió hizo “un gran e inexplicable berrinche”. 

Marini pensando que la policía local actuaría como lo hacen en su país, llamó al número de emergencias, ya que la niña rompió una ventana, lo que podría ocasionar que se dañara. Una patrulla llegó pero se negó a intervenir. 

Después apareció otra patrulla, estos sí intervinieron, en ese momento apareció Francisco Javier León Pacheco, mostrando a los policías unos papeles. Marini y a su hija fueron subidas a una patrulla y trasladadas a las instalaciones de la Secretaría de Seguridad Pública en Santa María Coyotepec, donde fueron retenidas durante varias horas. Ahí, un policía le advirtió que si no le daba la custodia al padre le iría muy mal.

Sin elementos fue llevada horas más tarde a las instalaciones de la Fiscalía Especializada para la atención de Delitos contra la mujer por razón de género, donde la fiscal señaló que no había elementos para retenerla. 

Para entonces, la niña ya había sido separada de la madre. La promesa de la Fiscal Margarita Guzmán Corsi fue que en breve se la entregarían, pero como ya era tarde que volviera al día siguiente. Cuando volvió encontró al padre biológico de la niña junto con un grupo de abogados. Elena pensó que la ayudarían. La sorpresa fue que Francisco Javier León Pacheco estaba reclamando a la niña como su hija, sin serlo oficialmente, y acusaba a Marini de violencia contra la niña y de ser una mujer peligrosa.

En estos tres meses, la jueza Concepción Cruz decidió separar a la niña de su madre. Además, Elena Marini se ha encontrado con un proceso lleno de obstáculos para ella y actos de parcialidad para el padre de la niña. Mientras a ella le obstaculizan las visitas con su hija, a él le autorizaron verla cada día, a pesar de que no existe un reconocimiento de paternidad y de que la niña se negó a ser entregada al padre biológico, como pretendia la jueza. 

También pretendió agilizar la prueba de ADN, para después reconocer la paternidad y otorgarle la guarda y custodia al padre, que no se pudo por el paro de labores en el Poder Judicial y hasta hoy, la jueza sigue sin pronunciarse sobre los cuidados de la menor, lo que se ha traducido en una larga tortura para “Ada”, quien ha sufrido más de un acto de violencia en la Casa Hogar.

Actualmente, y después de diversos trámites, le permiten ver a su hija.

Por otra parte, la firma de abogados que representa a León Pacheco propuso a Elena Marini que le entregue la guarda y custodia, y “como acto de buena voluntad” tendría derecho a una visita vigilada por mes. 

“El conocido despacho jurídico argumenta que la niña se quiere ir conmigo porque tiene síndrome de Estocolmo, se niegan a reconocer que mi hija y yo hemos construido una relación de amor, una donde el padre biológico aparece de vez en cuando, y al que le permití convivir con “Ada” pensando que era lo mejor para ella.

Elena Marini explica que el enojo de León Pacheco inició a raíz de la relación de Marini con otra persona y ha cuestionado sus actividades, aunque entre ambos no existe ningún tipo de relación desde hace más de 10 años, “solo convivimos por la niña, su pretensión es castigarme”.

“Ahora con la ayuda de sus padres, porque él no trabaja, han contratado a un reconocido despacho de abogados, quienes parecen tener influencias en todas partes”, dice sosteniendo entre las manos una gruesa carpeta con documentos y trámites que ha tenido que realizar en los últimos tres meses.

“Estoy aterrada por lo que ahora está viviendo mi hija en la Casa Hogar del DIF”, y explica que hace unos días “Ada” fue quien leyó al gobernador Salomón Jara y a su esposa Irma Bolaños “una calaverita” con motivo de la celebración de Muertos en el parque El Llano, incluso se tomaron fotografías con los niños y niñas.

Por ello, Marini escribió una carta a la presidenta del DIF, en la carta le explica que su hija “no tendría que estar ahí…ella tiene el privilegio de tener una familia que la ama, que la cuida, que se desvive por ella y por volver a verla libre.

Elena Marini cuenta la presidenta del DIF las irregularidades y el favoritismo con el padre biológico de su hija y la negación de la autoridad judicial para escuchar a Ada.

Desde el pasado 5 de noviembre, Elena Marini espera que la carta sea al menos respondida por la presidenta del DIF Oaxaca.

Ada necesita ser escuchada y regresar conmigo, cuanta tras salir de una convivencia con su hija donde la niña siempre se queda desecha, dice con profunda tristeza la madre.

Foto : Paulina Rios

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