“La palabra” la mejor arma de los policías rurales de San Mateo del Mar ante la inseguridad

#SanMateodelMar 27 agosto (#Istmopress).- En el Barrio Juárez, una comunidad indígena ikoots de San Mateo del Mar en el Istmo de Tehuantepec desde hace 40 años, sus hombres se auto cuidan, no son autodefensas y tampoco topiles, son policías rurales que a través de la “la palabra” han logrado la paz social.

Amer Fonseca Palacios tiene 35 años, su buena conducta fue requisito para ser un policía rural , por las mañanas pastorea a sus ganados y cuida su milpa además maneja su unidad de mototaxi y por las noches afina su garganta y recuerda la sabiduría de sus abuelos para que con su palabra logré convencer a todo aquel que “ande en malos pasos” o quiera provocar violencia o robo.

¿Y sólo con la palabra logran convencerlo?

-Sí, expresó Amer, quién también reconoció que en ocasiones “unos pequeños jaloneos” sirven para calmar al que esté haciendo ruido en vía pública o queriendo robar pertenencias ajenas.

¿Y como le hacen cuando el asaltante trae arma?…

-“Lo rodeamos y como somos más de 25 personas lo calmamos, no se atreve a dispararnos a todos, aquí todos nos conocemos, mejor ceden y los llevamos a la cárcel municipal y al otro día la multa se paga con tequio comunitario, es decir limpian o barren ”.

Son en total 65 policías rurales que se dividen en dos turnos, comienzan su actividad de guardia comunitaria a partir de las 10:00 de la noche y concluyen a las 4:00 de la mañana, solo lo hacen de noche para prevenir asaltos o cualquier otro tipo de violencia social.

Esta comunidad indígena viven unos mil 500 habitantes, y es una de las ocho agencias o barrios de San Mateo del Mar que se rige por el sistema normativo interno (usos y costumbres) y que desde el año pasado no cuenta con autoridad municipal, por lo que la policía rural se ha convertido en la única guardia que regula la paz y civilidad social ante el incremento de la violencia.

A pesar de que San Mateo del Mar se distingue por ser una comunidad donde la pesca era su principal actividad económica, actualmente ha dejado de serlo y sus habitantes emigran a trabajar como obreros al puerto de Salina Cruz y otros como albañiles o son choferes de unidades de mototaxis, raros son los que van al campo y tienen sus parcelas.

“ A nosotros nos nombró la misma gente de nuestra comunidad para que los cuidemos de noche, con dos camionetas cuidamos los alrededores, y realizamos diversos recorridos, lo hacemos desde hace 40 años, expresó.

Los policías rurales de El Barrio Juárez no tienen un uniforme “parejo” para todos, el requisito es traer ropa oscura y botas además de lámparas y gorras.

“La selección lo hacen los abuelos, la gente adulta de la comunidad, y ellos mismos te dicen como hacerle, como será el trato con la gente, nos dicen que no se puede golpear y tampoco decir groserías, privilegiamos los derechos humanos ante cualquier cosa”, expresó.

Amer esta feliz de ser policía rural porque ha aprendido sobre las buenas prácticas y costumbres, y aunque reconoce que se ha ganado enemigos no está arrepentido de ser una pieza clave en su comunidad.

“Cuando mi jefe, el comandante se va, yo asumo el mando, y es donde uno se gana a los enemigos porque piensan que uno es malo, pero lo que hacemos es un trabajo comunitario para evitar la violencia, sin querer estamos dando un ejemplo a nuestras futuras generaciones para que cuiden lo que es nuestro y que con la palabra lo hagan sin uso de la violencia”.

En los últimos 5 años, el policía reconoce que la violencia y los asaltos ha disminuido, y que muchos de los malechores lo piensan antes de querer hurtar en esta comunidad porque saben que de noche no lo pueden hacer y de día a pesar de que no haya policía municipal entre todos han aprendido a protegerse.

*Desde hace 40 años las policías rurales existen

Martín Torres Roldán es el alcalde municipal del barrio Juárez y reconoció que desde hace más de 40 años surgieron las policías rurales en esta comunidad, y los nombraron para cuidar las calles de día y de noche, actualmente solo lo hacen de noche.

“Hasta yo fui policía rural en mis tiempos, actualmente soy el alcalde y fui elegido por una asamblea, nosotros le damos orientación a los policías para que hagan bien su trabajo, por ejemplo cuando se encuentran a personas alcoholizadas lo que hacen es detenerlas y los meten a la cárcel, y al día siguiente los deja libres haciendo un tequio, el meterlo a la cárcel no significa que estén haciendo un delito sino es para su seguridad y que otra persona no lo golpee”, dijo.

Martín ya es una persona adulta, y reconoce que la delincuencia ha descendido ante la presencia de las policías rurales que no reciben sueldo, todo es tequio.

“Para seleccionar a un policía se le habla, se le explica como es el trabajo, que no se debe golpear a las personas y que no hay dinero, por lo que una vez que aceptan entonces se le asigna el turno en que trabajara y a la semana se hacen los cambios”, dijo.

En la próxima semana, el 2 de septiembre se pretende realizar la elección municipal y con ello poder tener a su presidente municipal, sin embargo los policías rurales aseguran que continuaran dando su atención a su comunidad porque aseguran han sido elementales para conseguir la paz social.

“Y así como un día fui policía rural, así vendrán otras generación y así muchas más, nos gusta mucho cuidar lo nuestro, defender nuestra tierra y territorio, nos gusta vivir en paz y que nuestras mujeres y niños lo hagan”, expresó el alcalde ikoots.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

 

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