Continúa la espera para damnificados del terremoto en Oaxaca

#Juchitán 09 Mayo (#Istmopress).- En un espacio prestado por una vecina que tiene techo de lamina y piso rustico, Jeremías Morales Sánchez de 75 años y Lucila Sánchez Santiago de 68 años viven refugiados desde hace 8 meses que ocurrió el terremoto del 7 de septiembre, su vivienda colapsó y fue derribada, no ha podido reconstruirla porque solo recibió 15 mil pesos como daño parcial como apoyo para la reconstrucción de parte del gobierno federal.

La pareja de edad avanzada son originarios de la séptima sección de Juchitán, el municipio que resultó más dañado por el sismo en donde el apoyo llegó para unos cuantos y la espera sigue siendo para muchos más.

Enfermo y acostado en su catre de yute Jeremías lee sus ultimas recetas que el traumatólogo le dio como diagnostico de su enfermedad, su columna está dañada y tiene 2 hernias, la operación no lo cubre el seguro popular y no tiene dinero para operarse porque carece de un trabajo fijo, es obrero.

Mientras que Lucila que también esta enferma de diabetes busca como consolar a su esposo, y a pesar de que solo viven en un espacio de 4 por 4 metros donde cocina, come y se duermen, no pierde la esperanza de volver a reconstruir su vivienda.

La nostalgia también les invade, lloran de tristeza por que todo se acabó y no recibieron nada para poder levantar su casa, con los 15 mil pesos que le dieron como apoyo “parcial” Jeremías pagó la maquinaria para que disolviera los tabiques y el techo de la casa porque resultaba un peligro para sus vecinos.

Entre sus enfermedades y el no tener una vivienda además de la falta de asistencia sicológica, Jeremias ve más difícil su recuperación, extraña dormir en su vivienda de adobe y tejas que construyó en su juventud cuando se casó con Lucila, ahora solo quedan recuerdos.

El pasado mes de marzo, funcionarios de Sedatu llegaron a su casa y levantaron el segundo censo, le dieron un folio con numero 36027, sin embargo han pasado dos meses y no sabe nada de las autoridades.

Además de vivir con su esposa, en su hogar también habitaba su hija menor, yerno y sus dos nietos, es decir los seis integrantes desde entonces viven en un refugio prestado por una vecina.

*Primero la reconstrucción, después las elecciones

Jeremías hubiera querido que las cosas fueran diferentes en esta etapa de reconstrucción, y que se atendieran las viviendas que no fueron censadas, las que fueron censadas mal como es su caso que le dieron daño parcial y su casa colapsó por completo.

“El gobierno está en deuda con nosotros, muchos de mis paisanos y amigos no tuvimos folio, y otros como yo, les dieron una clasificación de parcial cuando la casa colapsó por completo, es urgente la atención de las autoridades, porque parece que se han olvidado de los damnificados de Juchitán”, exclamó.

Dijo que hace dos meses dos funcionarios de Sedatu llegaron a su refugio y le entregaron un nuevo folio por daño total, pero desde esa fecha, 10 de marzo han brillado por su ausencia, no sabe si habrá tarjeta o no, porque tampoco hay informes de ninguna autoridad.

Por su enfermedad y falta de empleo, Jeremías y su esposa solo tienen como único apoyo el programa de 65 y más que les llega de forma bimestral, sin embargo es insuficiente pues la operación quirúrgica que requiere oscila entre 50 y 70 mil pesos.

“La situación que estamos viviendo es muy triste y lamentable, sabemos que un terremoto es un fenómeno natural, sin embargo nos afectó mucho, nos quedamos sin casa, y lo más triste es que sin el apoyo de las autoridades que están en deuda con Juchitán y los pueblos del Istmo”, añadió.

La pareja de ancianos ve pasar los días, a veces pierden la fe y piensan que no habrá apoyos, pero otras vez se consuelan cuando los apoyos llegan como el caso de los Menonitas quienes para darles alivio les obsequiaron una vivienda de metal en donde guardan sus pertenencias, debido a que no pueden

*Sin respuesta de autoridades para el segundo censo

Magali Sánchez, representante de la organización Mujeres en resistencia señaló que a pesar de marchas, huelgas de hambre y caravanas en exigencia de appyos para los damnificados, las autoridades han hecho caso omiso y hasta el momento no se sabe nada del segundo censo.

“Desconocemos como será el apoyo, si con tarjeta o en efectivo, si las entregaran ahora o después de las elecciones, no lo sabemos, mientras las autoridades nos mantienen en oculto las cosas, lo único que podemos decir es que decenas de damnificados no han podido reconstruir, algunos porque no tienen saldo sus tarjetas que Bansefi entregó, otros porque solo recibieron 15 mil pesos como apoyo parcial y no tienen casa y los últimos que son en su mayoría, no fueron censados”, añadió.

Magali informó que anteriormente le entregaron a los funcionarios de la Sedatu una lista de al menos 100 personas damnificadas que no fueron dadas de alta para que fueran tomadas en cuenta en el nuevo censo pero hasta la fecha solo han sido promesas y nada de realidades.

“A ocho meses la gente sigue exigiendo atención de las autoridades principalmente de Bansefi y Sedatu porque no realizaron bien su trabajo de censo, mucha gente faltó en recibir atención y ahora no puede reconstruir sus viviendas por eso seguimos manifestándonos y exigiendo respuesta”, dijo.

Esta red no solo la integran damnificados de Juchitán sino de la región del Istmo y al mismo tiempo existe una red nacional de damnificados en donde se concentran los estados como Morelos, Guerrero, Puebla y la ciudad de México.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

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