Manuel Matus tejedor de géneros de la palabra / Por Guillermo Petrikowsky Reyes

#Ixhuatán 27 Nov (#Istmopress) – Desde siempre, a Manuel le gusta caminar por todos los territorios de la palabra. Y con buen paso ha hollado esos caminos. Su vocación de hurgador le permite ver dimensiones emocionales que no son fácilmente sensoriales para cualquiera.

 

     Va implícita su innata curiosidad, desarrollada con el rigor de la ciencia, que lo ha convertido en un investigador metódico.

 

     Ordenado, analítico, sagaz en sus propuestas, en su lenguaje que sabe acomodar a los géneros de la palabra. Acucioso y equilibrado, ha enhebrado una cromática estameña de textos de los más variados temas.

 

     Cultiva la palabra con la sagacidad de un avezado literacultor. Investiga sobre el fruto, recoge toda la información necesaria y suficiente, analiza el terreno, lo prepara cuidadosamente, lo abona con toda la sabiduría del caso y va acompañando su crecimiento hasta su total madurez, y cosecha frutos prodigiosos.

 

     Víctor de la Cruz Pérez admiraba su trabajo de investigador sobre la oraliteralidad. En reconocimiento, le agregó el de Monje’, personaje clave de sus pesquisas en ese terreno. Manuel Monje’ Matus, le decía, le decimos, le reconocía, le reconocemos.

 

     Su fuente nutricia de la palabra fueron los grandes narradores orales de su Ixhuatán originaria, grandes mentirosos, consumados en sus narraciones extraordinarias.

 

     La magia permea sus obras. El instinto de las metamorfosis son elementos básicos de su creatividad. Manuel escuchó y se regocijó con esos mitos y leyendas venidas desde el pasado originario. Vivió, sintió, se emocionó, bebió de todas esas circunstancias que lo rodearon en su niñez. Escucho voces creativas; vio imágenes que son imborrables en su memoria. Después las volvió obras, historias que desglosan al creador, al recreador, que bebió en fuentes inagotables.

 

     Fue creciendo, formándose hombre de estudios. Ha caminado por muchos crisoles universitarios, de fuera y de dentro de nuestra nación. El estudio ha templado se creatividad, los libros son fuente, abrevadero de su inteligencia, y devuelve libros de su autoría para compensar y acrecentar el acervo de la palabra escrita.

 

     Olores, colores, sabores, sensaciones, canciones, vivencias, creencias, dolencias, carencias, ausencias, dichas, frustraciones, lugares, fueron elementos alimentadores de su memoria que, posteriormente fueron vertidas a historias, concepciones, emociones: novela, cuento, poesía, ensayo.

 

     Manuel cabildea con los recuerdos y la imaginación le resuelve historias conmovedoras. Y se llena de un ritmo, de una cadencia creativa que, en su galopar, va dejando versos y prosas admirables.

 

     Con profunda emoción y analítica convicción, escribe novela, cuento, ensayo poesía, marcando los límites que a cada género corresponden. Escribe con el instinto y la razón, en un equilibrio apasionado de emociones, producto de un largo proceso de estudio, investigación, análisis y conclusiones; desde la mágica emotividad de su niñez hasta la racionalidad del posgrado, sin perder la génesis de su estructura cultural, eminentemente zapoteca.

 

     La lengua zapoteca es rica en metáforas, son de uso común; eso da a los zapotecas un conjunto de elementos que permiten crecer en la ciencia y en el arte. Y al convertirse en personas bilingües su capacidad de abstracción crece. El estudio, la lectura constante, se encarga del resto.

 

      Su entorno cultural, humano, le proveyeron de la más rica materia prima que ha utilizado en sus variados textos, en los diversos géneros en que publica, en que ha publicado, en que seguirá publicando.

 

     De su nativa Ixhuatán y de otras regiones, ha escrito, ha investigado, ha rescatado, ha dado a conocer historias, cuentos, mitos, mentiras, poemas, leyendas.  

 

     Oficio de investigador, de escritor, amalgamados en un lenguaje claro y contundente, lega a la posteridad una obra que, a través de sus aristas, de sus matices, jóvenes de futuros tiempos conocerán como una realidad que, inevitablemente, será un deslumbrante recuerdo.

 

     El hombre, con su obra, es el artista del tiempo, que recoge, recrea, modela y conserva la memoria de su paso por el mundo. Así es el trabajo de Manuel: hurgar en la realidad de todos los tiempos y enhebrar palabras, historias, recuerdos, sucesos, sucedidos, hechos, para conformar su propio universo literario, poético, histórico.

 

       Manuel Reyes, Rey Baxa, dijo: “No importa que yo muera si ya quedaron mis palabras”, las de él fueron canciones, porque el hombre era ágrafo. Las de Manuel Monge’, están bien documentadas.

 

     Septiembre 22, 2019.

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