Tras sequía emerge  templo que fue enterrado a propósito para crear una presa en Oaxaca

*Cambio climático, falta de organización y altas temperaturas afectan la vida pesquera en la presa “Benito Juárez”.

#JalapadelMarqués , Oax. 30 May (#Istmopress) – La escasez de lluvia en la zona del Istmo de Tehuantepec ha dejado ver un espectáculo arquitectónico en  el corazón de la presa Benito Juárez en la localidad de Jalapa del Marqués, es un templo  dominico del siglo XVI que ha emergido por cuarta ocasión desde que fue enterrado a propósito en 1961 para abastecer de agua a la refinería Antonio Dovalí Jaime de Salina Cruz, ocasionando el desplazamiento forzado de un pueblo.

 

Miguel Olivera, es uno de los mil pescadores que diariamente desde hace más de 30 años sobreviven de la pesca de la mojarra y el ecoturismo en este afluente artificial y  ha logrado apreciar que el cambio climático  es decir las altas temperaturas y la poca lluvia ha propiciado que en escasos 2 años que considera un “intervalo corto”  nuevamente  se observe el  templo de la Virgen Asunción de María.

 

Recuerda que  desde el año 2000 a la fecha la temperatura climática ha variado notablemente alcanzando los 40 grados centígrados y que  ha provocado que el nivel del agua de la presa  que originalmente era de 900 millones de metros cúbicos, disminuya, por lo que desde el 2008 a la fecha en cuatro ocasiones este templo  ha emergido para recordarles que la historia del “Jalapa Viejo” como lo conocen sus habitantes sigue vivo.

 

En el “Jalapa Viejo” es el sitio donde la presa fue construida por el gobierno federal que encabezó Adolfo López Mateos, y un pueblo de 3 mil habitantes fue  desplazado hacia la parte alta lo que actualmente se le conoce como  el municipio de “Santa María Jalapa del Marqués”,  las casas  que se quedaron se cubrieron de agua y hasta un panteón .

 

“Hoy todo es historia, el templo nos recuerda que aquí hubo vida, por eso cuando lo vemos resurgir nos alegramos mucho, es la historia de los abuelos quienes tristes y llorosos dejaron su hogar con la promesa de mejorar sus vidas, para algunos fue así y para muchos otros no”.

 

El templo es un espectáculo que favorece al ecoturismo asegura Miguel, quién con su lancha realiza recorridos diarios  a visitantes, unas veces son académicos, estudiantes y también población en general, que gustan de admirar como una arquitectura sumergida en el agua  desde hace medio siglo  resurge y se deja apreciar.

 

“Vienen turistas de todos lados, inclusive del extranjero a ver este templo que surge del agua, a nosotros nos ayuda mucho porque a falta de pescado, practicamos el ecoturismo, y  de ahí obtenemos para solventar nuestro hogar”.

 

A pesar de que el ecoturismo les genera ganancias, Miguel y sus los hombres de la pesca  están preocupados  porque las altas temperaturas también han provocado la escasez de la mojarra, actualmente capturan entre 8 y 10 kilogramos diarios y de tamaño mediano.

 

“Aquí nunca hemos recibido apoyos y mucho menos subsidios  para la pesca  de parte de las autoridades y ha sido culpa de nosotros, porque no nos hemos organizado, pero mientras eso ocurra hacemos nuestro mayor esfuerzo por sobrevivir”.

 

Un recorrido en lancha dura aproximadamente una hora, durante el trayecto Miguel y sus compañeros comienzan a narrar la historia de su pueblo, comparten sus saberes que heredaron de sus abuelos y la nostalgia también los arropa, tienen prohibido utilizar el agua para regar sus cultivos porque está concesionada, sin embargo la cuidan porque de ahí han sobrevivido.

 

El anhelo de los pescadores es que las lluvias caigan  en los próximas semanas y la presa retome su nivel, que aunque una tercera parte esta azolvada,  para ellos a pesar de la nostalgia que implicó desplazar a sus ancestros, actualmente es su principal dador de  vida.

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

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