A ocho años de explosión en Pajaritos, una vida afectada.


#Veracruz 24 Abr (#Istmopress) Hace ocho años una trágica explosión acabó con la vida de 32 personas y marcó el rumbo de otras 130 en la planta Clorados III, en Veracruz. Sus sobrevivientes, entre ellos Martín de la Cruz Almeida, se resisten al olvido de aquél incidente que, hasta ahora, sigue impune y del que aún se desconocen las causas exactas.

Eran las 3 de la tarde del 20 de abril de 2016, en la planta Clorados III, en el complejo petroquímico Pajaritos, al sur de Veracruz. Se escuchaba un ruido intenso en una tubería, y luego la detonación.

Este incidente no sólo resultó en la pérdida de 244 millones de pesos, de acuerdo con la revista Forbes; sino también en un devastador saldo humano: 32 personas perdieron la vida y 130 resultaron heridas.

La planta, ahora reducida a chatarra y recuerdos carbonizados, permanece sin posibilidad de rescate. Además, las familias y supervivientes continúan sin poder recuperar a sus seres queridos ni restablecer la normalidad en sus vidas.

En entrevista con este medio Almeida, uno de los sobrevivientes, relata su experiencia y cuenta cómo cambió su vida.

¿Recuerda cómo sucedió todo?
La verdad es que mi memoria sobre ese día es borrosa… lo poco que recuerdo es que fue el 20 de abril de 2016 a las tres la tarde, mi equipo y yo llevábamos una hora trabajando después de la hora de la comida, cuando avisaron que ocurrió una explosión estábamos en el área de trabajo asignada ese día. Había un ruido intenso en una tubería, y luego sucedió la detonación. No estábamos al tanto de que ese ruido indicaba un peligro.


Hasta la fecha, ni la Fiscalía General de la República (FGR) ni la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente han revelado las causas detrás del trágico incidente en Clorados III, y no se han efectuado detenciones de los responsables.


A pesar de mantener una postura imperturbable al relatar su experiencia, se percibe en su relato la frustración de no poder recuperar completamente su vida.


¿Cómo era su vida antes del incidente en la planta?
Antes del incidente, mi vida era tranquila. Trabajaba en el área de soporte de una planta que fabricaba materiales construcción y mantenimiento. Yo solía ser una persona tranquila y pasiva, disfrutando de mi trabajo y de estar con mi familia.

Él trabajó para la empresa Conserflow, ubicada en la Petroquímica Mexicana de Vinilo (PMV), operada en sociedad por Mexichem y Pemex.

Las autoridades no han determinaron las causas de la explosión, pero preliminarmente se dijo que pudo deberse a una fuga en una planta de vinilo.

¿Usted opina que esa tubería fue la que provocó todo? ¿ya la habían reportado a los de mantenimiento?
Sí, desde hace meses se les había hecho el reporte porque el ruido era un
golpeteo muy fuerte, pero nada más le echaron una ojeada y dijeron que todavía
aguantaba… pero pues no, al final se pagó de la peor manera este descuido.


Las autoridades locales reportaron la explosión de un tanque en la petroquímica la tarde de aquel
miércoles. Pero no se encontró un registro oficial de un reporte anterior a la falla que presentó dicha tubería.

¿Y cómo impactó el incidente en su salud?
La explosión me causó un derrame cerebral y problemas auditivos. Mis tímpanos
se vieron afectados, y aunque he pasado por cirugías para corregirlos, aún tengo
secuelas. Además, desarrollé diabetes como resultado del incidente.

¿Cómo ha sido su proceso de recuperación y tratamiento?
He estado recibiendo atención médica y medicamentos gracias a la pensión que
me otorgaron por parte del gobierno. Como dije antes, he pasado por cirugías para
corregir mis problemas auditivos. Sin embargo, mi situación sigue siendo
complicada, y no puedo regresar completamente a mi vida normal
.

El 19 de enero le realizaron una cirugía en el oído.


Y esto, ¿cómo afectó su vida cotidiana?
Ha cambiado muchas cosas. Mi capacidad para trabajar se ha visto seriamente
limitada. No puedo desempeñarme en áreas ruidosas o húmedas, ya que eso
podría afectar gravemente mis oídos y, posiblemente, provocar otro derrame
cerebral. También tengo que lidiar con medicamentos que a veces causan dolores
de cabeza y pérdida de memoria.


¿Cómo le afectó emocionalmente este incidente?
Me generada tristeza y nostalgia, especialmente porque no recuerdo
completamente lo que sucedió. También he experimentado cambios en mi actitud.
Antes era tranquilo, pero ahora me enojo fácilmente, lo cual creo que está
relacionado con las secuelas emocionales del accidente.

¿Cómo cambió su relación con amigos y familiares?
Con mi familia, las cosas siguen siendo relativamente normales, pero a veces
mis cambios de humor afectan la comunicación. Con los amigos y compañeros del
trabajo que también sobrevivieron, a veces recordamos el incidente, lo cual es difícil y doloroso porque nos acordamos de los que fallecieron. Pero en general, trato de seguir adelante y adaptarme a mi nueva realidad.


¿Ha buscado apoyo emocional o psicológico?
Después del accidente, tuve sesiones con un psicólogo durante un tiempo para
ayudarme a procesar la situación. Fue útil, pero no he buscado apoyo continuo en
ese aspecto.

Después de este incidente, ¿Qué piensa en cuanto a la seguridad en las plantas
y la posibilidad de que algo así vuelva a suceder?

Creo que la seguridad en las plantas es crucial. A veces, descuidar el
mantenimiento adecuado de la maquinaria y equipos puede llevar a incidentes
como el que experimenté. Para ello, las normas deben cumplirse estrictamente
para evitar tragedias.


¿Cómo le ha apoyado la empresa para la que trabajaba?
La empresa proporcionó cierto apoyo durante mi hospitalización, pero desde
entonces, he estado principalmente bajo el cuidado del servicio médico del
gobierno y he recibido una pensión que ha ayudado a cubrir algunos gastos.

Finalmente, ¿qué espera para el futuro?
Mi esperanza es mejorar y recuperar la mayor normalidad posible. Yo sé que ya
llevo mucho tiempo recuperándome, pero la verdad es que quisiera regresar a
trabajar, pero las limitaciones de mi salud lo hacen complicado. Espero que las
empresas tomen medidas para garantizar la seguridad y evitar que otros pasen
por experiencias similares.


El entonces presidente, Enrique Peña Nieto, se acercó al lugar de los hechos y apuntó: «Estoy aquí, precisamente, para asegurarme que PEMEX y la empresa con quien está asociada, asuman la responsabilidad, sobre todo, en términos de hacer la investigación correspondiente.

Lo que tiene que hacer esta empresa asociada de PEMEX, o Mexichem, es responder y dar las indemnizaciones correspondientes».


Por otro lado el diario Milenio reveló que la mayoría de las esposas fueron indemnizadas, pero las madres que dependían de sus hijos siguen desamparadas.

La tragedia se recuerda con dolor en los hogares del sur de Veracruz, y las madres siguen pidiendo justicia, argumentando que, “aunque les paguen 10 o 20 millones de nada sirve, porque sus hijos no tienen precio”.

Texto: Ana Cecilia Barahona/ Estudiante de Ciencias de la Comunicación. Universidad del Mar, campus Huatulco.

Fotografías: Gloria Bonfil

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