Alumnas de secundaria al rescate del «oro azul» en el istmo

#Niltepec 16 feb (#istmopress).- Tres estudiantes de la Escuela secundaria Técnica numero 75 de la comunidad de Santiago Niltepec en la región del Istmo de Tehuantepec, María Guadalupe López López, Yuvitza González y María Fernanda Mondragón, con la asesoría de las profesoras Olivia Castillejos Dehesa y Anabel Ríos Alvarado promueven el rescate del añil (oro azul) con el teñido de prendas naturales debido a que la producción de esta tintura de origen natural va en decadencia.

Lo que comenzó con un trabajo en equipo de una materia escolar que contempla el Plan para la Transformación Educativa de Oaxaca (PTEO) ahora es un proyecto de rescate cultural comunitario y de defensa de la identidad que ha sido del interés del Museo Textil de Oaxaca en donde recientemente las jóvenes y sus maestras acudieron a capacitarse para poder transmitir los conocimientos sobre el “oro azul” a sus compañeros y sociedad en general.

El sueño que pronto esperan lograr es la construcción de una “casa del añil” en Niltepec como homenaje a los abuelos y abuelas que han sido guardianes de este oro azul que sólo aquí se cosecha, se produce y se comercializa de todo el estado de Oaxaca.

“Lo que deseamos es que el añil no muera, queremos que ahora los jóvenes como nosotros lo cosechen, lo produzcan y lo comercializamos, la propuesta es a través de prendas naturales como blusas, faldas, vestidos y otros accesorios, tenemos la sabiduría de los abuelos y queremos aprovecharlo antes de que sea demasiado tarde”, expresaron las estudiantes.

Yuvitza González, fue la primera estudiante que comenzó con el proyecto de campo, visitó a los artesanos en sus hogares, entre ellos a su abuelo y descubrió que son 20 productores del añil y lo compartió con sus compañeras y asesoras que optaron por trabajar sobre su rescate y preservación.

“Cuando vimos la investigación de Yuvitza entendimos que era necesario hacer algo, y comenzamos a trabajar por las tardes, visitamos a los abuelos y artesanos, entre ellas a Mary Arévalo quien nos mostró la producción y el ritual del añil en prendas naturales, el cual hemos comprobado que es un proceso muy sencillo pero que requiere de esfuerzo y tiempo”, dijo la profesora Olivia Castillejos Dehesa.

De lo vivido en el Museo Textil de Oaxaca, las alumnas y asesoras ahora quieren compartirlo con los suyos a través de talleres y exposiciones porque consideran necesario que sean los jóvenes principalmente los que valoren su cultura y la defiendan.

“Decidimos optar por el añil porque es nuestra cultura, cuando hablan de Niltepec lo primero que la gente piensa es de esta tintura, entonces queremos que las prendas que la gente use sean teñidas con este producto natural que esta libre de químicos y además tiene un valor cultural importante, regresar a nuestra vida antigua es parte de lo que los jóvenes debemos hacer, por eso nosotras queremos conservar esta tradición, que ahora solo son 20 productores, pero después que sean 100 o 200”, indicaron.

María Guadalupe López López, una de las alumnas que forma parte de este proyecto señaló que “han aprendido a valorar lo que producen en su tierra y quieren preservarlo” y que a pesar de que conocían del añil y habían escuchado, ahora su mayor ilusión es producirlo y crear prendas para que todo el mundo se entere que en Niltepec se produce una tintura natural.

Las alumnas coinciden que conservar el añil en prendas de algodón le dan vida a los productores y también a una comunidad y a su propia historia, porque es un ritual lo que se hace para lograr la tintura.

“Nacer el Niltepec y producir el añil es realmente una cultura, y nosotras estamos aprendiendo este proceso, desde la siembra de la planta – el jiquilite- hasta obtener prendas, sabemos que necesitamos prepararnos y prueba de ello es que seguiremos visitando a maestras y maestros tinteros para conocer otras técnicas y conservar el añil, nuestro oro azul”, indicó.

El proceso de la producción del añil, el primer paso es la siembra de la planta del jiquilite, los productores cuentan que en los cerros de Niltepec se riegan las semillas, se espera un par de meses y comienza la cosecha, se cortan las ramas y se hacen montones y se lleva a las piletas de concreto en carretas o camionetas y mediante un proceso tradicional comienza su extracción hasta obtener la pureza, se seca al sol y se obtienen pedazos de añil que simulan piedras, posteriormente se usan para teñir las prendas mediante un proceso que las estudiantes han aprendido y que ahora añoran compartir.

“Transmitir el conocimiento es la clave para la conservación del añil, ahora somos tres las mujeres interesadas, pero sabemos que después serán 10 o 20 y así sucesivamente, el añil es nuestro oro azul y no debe morir”, concluyó.

Diana Manzo / Agencia de Noticias Istmopress

 

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