Un día de riego, y los ensayos de venta/Víctor Fuentes

Sembrar árboles fuera de temporada de lluvias es un caso perdido,sino lo regamos, eso lo sabemos de memoria, para quienes desde hace más unadécada lo hemos hecho, no volveríamos hacerlo, si no fuera preciso. Un día del mes de agosto,esperábamos la lluvia y no hubo en abundancia.

Así que, descubrimosel terraplén que la máquina amontonó sobre los guayacanes, que habíamos sembrado ycuidado con esmero desde el año 2013. Estos doce árboleshabían  crecido lento, pero con mucho vigor. Hasta que durante la campaña electoral (2016) de uno delos candidatos de la localidad  se le ocurrióque podía ganarse los votos, si se dedicaba a limpiar el río.

Fue así,que con un grupo de simpatizantes, lohizo por varios días del mes, previos a los comicios. Una de esas mañanas pasé por ahí, y vi hilos de humo que se elevaban al cielo, contaminando el aire limpio del río. Quemaron toda la basura que habían acumulado por montones. Sentí un poco de impotencia, pero me ganó el remordimiento.

Pasaron otros días, volví a visitar el río. Pude darme cuenta que no conformes con   quemar, talaron los arboles de sauce y muchos robles, algunos bioongo pequeños y otros árboles endémicos que nosotros hemos cuidado, por suimportancia, porque justo eligieron la ribera para brotar, crecer y darle vida al río.

Estos árboles representan para nosotros una manera económica de mutua ayuda, no necesitan riego permanente, el río los requiere para su equilibrio natural, por ello, los apartábamos de las malezas, y los descampábamos.

Supe relativamente poco, porqué no terminaron de sepultar todos los guayacanes, un  mismo vecino de la ribera, los detuvo, les dijo que nosotros nos hemos dedicado a esta labor. Al saberlo ahora me da tanto gusto. Saber que al menos alguien los paró. Mientras por los lugares públicos se decía que era una brillante idea la del candidato, seguro que sí ganaría la presidencia.

Miren pues, se decía: Hasta que alguien se atrevió alimpiarlo,por fin un presidente se abocará asu “rescate”. El río no es una cuenta bancaria o una suerte de   bolsa de valores.  Para que alguien o un grupo vayan a su rescate. No se puede pensar en limpiarlo para lucrar, para ganarse posesiones y filiaciones partidistas.

Todo tiene su recompensa, pasaron unos tantos días más, muy cerca del bioongoque custodia el río, la máquina que usaron  para limpiar, se volcó, y los trabajos pararon. Por fortuna no se perdieron vidas.

Al ser sepultadas la mitad de los guayacanes, la situación nos obligó a reforestar, volvimos asembrar. Lo que nos motiva a regarlos sacando agua del río,continuamos haciéndolo  tres veces a la semana.

Si no se puede por  algún impedimento, lo hacemos sábado y domingo o por las tardes.  Cargamos de abajo y arriba del bordo agua, llenamos las cubetas y regamos planta por planta.  Y las hojas verdes y tiernas que van brotando, son presas de una manada de borregos que pastorean sus dueños, las ven atractivas y se las comen.

Al saberlo, una de mis amigas  que me vio un dio regando me dice: “Ay, amigo, yo que tú ya me habría olvidado de este proyecto” después de oírla decirlo. Me mira a lacara y los dos reímos. Reímos para curar nuestras preocupaciones. Y luego dijo: “Paraanu Valencia qué” aludiendo al candidato.

Para cerrar eldía deriego, elmototaxistaque mellevó delagalería hasta laribera, alverme llevar los implementos de labranza, y el conjunto de plantas, me pregunta y ¿Austed le pagan seguro directode allá no?Supuse a quién se refería, pero quise saberlo de él mismo. Le respondí con otra pregunta.

El determinó, y seguro el gobierno te mandadinero, yo creo me dijo. Me quise reír, pero me contuve, continuó, mire maestro, yo sé que hay proyectos para este tipo de trabajo, entonces, ya no me detuve y le respondí que alguna vez, por insistencia de mis amigos me acerqué  a las fundaciones, no tuve respuesta, me hicieron gastar mucho más de lo que podría pagarle a unos señores que limpiaran el río, apelando a sus voluntades de hacerlo. Si no gratis al menos dándoles un refrigerio, tal como lo hemos hecho en incontables ocasiones.

No quitó el dedo del renglón, volvió a increparme, pero inténtelo, si no, otro lo hará, o si es que ya lo hace y usted está gastando en balde su dinero.  Sonreí en vez de decirle si no estu dinero, tampoco es tu trabajo  porqué te preocupas, pero sería muy grosero demiparte. Me preguntó por último, pero ¿Por qué lo limpias?

Quizás es una enfermedad, desquiciante. Ayudar que el río sane, si lo veo sano, mi alma esta tranquila. No me importa que eso pase hoy, mañanao nopase nunca. Me siento feliz por hacerlo.

Bajé dela moto, desalentado, aun así, mepuse a acarrear las cubetas de agua, pasaron unas amigas que cuidansu cuerpo, corren ocaminan en El campo deportivo Zapotal, le dijesal acercárseme más, que sería bueno subir ybajar río abajo río arriba, también cultivarían cuerpo y plantas.

No acababa de proferirlo llega una pareja de conocidos, por mí y por todo el pueblo, ella es hija de una evangelista cuyo comedor familiar lleva su nombre “Nelvita” y él, un fuereño, que mis paisanos al verlo varonil, fuerte y con bigotes de candado no dudaron en  llamarlo Vicente Fernández, yasí los conoce lagente.

Ambos me han dicho que se han ganado a sus vecinos como enemigos, por decirles que  no tiren, no quemen  la basura en el río o cerca de su  cauce. Pero esta vez me compartieron, algo más fíjese maestro que el señor quecercó esta parte del río, y debía ser prolongación de laavenida. Lo hapuesto en venta.

Ellos sin dudan no lo compraran, porque saben que fue un terreno invadido.  Mejor cómpralo maestro dicela esposa, le comenté que hace unaño se lo ofreció a mi cañado, pues lo veía regar las plantas, y éste me lo comunicó.

No conforme el señor con ocuparlo para las siembras de temporada ahora quiere  venderlo, ahí cultivaba, tomate, calabaza, no solo maíz también ejotes, chile aprovechando la fertilidad del terreno.

Cada año, según la siembra cercaba acaparando cada vez más terreno, así su cerco se movía cada cosecha más cerca del bordo más cerca del río. Pegado a los doce guayacanes,  losmismos que los promotores del voto enterraron.

Lo ideal es que nadie lo adquiera, en cambio, es necesario dejarlo libre parael tránsito de todos o seguirlo cultivando, sin ese afán de sentirse propietario de lo ajeno.

Se ha coronado el día de riego, el señor que lesprohibió cargarle más terraplén a las plantas, me da la mano, y me dice directo a la cara, que lo que hasta ahora hemos hecho y seguimos haciendo, leparece lo más justo.

Me comentó que motivado por ello, el tomó la iniciativa de limpiar la entrada del paso Zapotal. Solo lo hizo en algunas tardes, le faltaba descampar parte del bordo. Donde él  refería, Dell Alvarado, pidió colaborar con la Galería Gubidxa. Y pintar unmural, ya casi está terminado. En breve se inaugurara.

Aun contra corriente, seguiremos acarreando más cubetas de agua, hasta que la temporada de lluvia un día cualquiera nos sorprenda.

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