“Paisajes Internos” De Jesús Kanek en turno en Galería Gubidxa / Víctor Fuentes

Esta exposición que se compone hidalgo, de acuarelas y pinturas al óleo, podrá apreciarse en la galería Gubidxa, ubicada en Unión Hidalgo, Oaxaca. Hasta mediados de abril del año 2018. En donde el artista visual Jesús Kanek, originario de la ciudad de Juchitán presenta lo más reciente de su producción, líneas abajo se les presenta una breve reseña de sus obras.

En Paisajes Internos, manifiesta el artista, que a todos se nos ha velado una cenefa, que nos hace suponer una carga de sueños, y que medir la distancia de esta franca sería inevitable.

Él nos ilustra cada tramo con sus paisajes internos, en este registro pone todo su empeño para descifrar los legados que vamos construyendo día a día, (quizás todos tengamos nuestro propio, tiempo, nuestro propio ritmo, o latido)

Es fácil comparar la distancia, del cual, todos podemos pintar, la esencia radica en encontrar los elementos o figuraciones precisas, cuando no exactas, cada uno de nosotros sabe qué tenemos.

Nadia es ajeno a los instintos ni siquiera los recién nacidos, ellos están tatuados en los deseos de sus padres, si es todo así, entonces nacemos privilegiados y, Jesús Kanek no se conforma, con pinceladas revela qué árboles posan y traspasan los oníricos animales, pone venados y aves indistintos, les prodiga de atributos, aparecen guías y penachos con números exactos de plumas.

Están en este lístelo los lazos creados por las enredaderas bifurcadas que son nuestras propias entrañas, muy pocos sabemos, poner los pies en la tierra y ver todo lo que ocurre entre ella y el cielo.

Para no perdemos, los trazos de Jesús Kanek pone a nuestra presencia nuestra riqueza intangible, lo etéreo, sin un afán de conquistar absoluta verdad. Por el contrario, nos pone constelaciones que abrazan insectos, se envuelve en dialogo con seres gigantes y sus huesos, cuestionado la muerte, la forma de acabar en otra tierra.

Aquí sucede la vida y la muerte en los trazos de la noche y el día o viceversa, la presencia de las dos dimensiones desquebraja los sueños puros, trasmuta en presencia cosmogónica, acaso cuestiona ¿Somos en realidad tan distintos? o ¿Debemos ser tan diferentes? De lo que este mensaje nos interpone comprendemos que cada uno lleva ya un designio, un paisaje que puede revelarse en acordes, en canto o en el más preciado silencio. 

La conquista de los elementos hace evidente, encontrar como privilegiar seres, no se puede poner y colocar por colocar, si bien los paisajes que llena nuestros ojos se contienen en el interior. Jesús Kanek nos dice a pinceladas coloridas que un árbol nos espera, nos atraviesa, nos abraza, nos envuelve tal como lo hace un amate, que asfixia nuestro aliento o desaliento.

Vuelve aparecer las insignias del día y la noche, qué es solo posible en los cuadros, en el lístelo que llevamos arrastrando en nuestro paso fugaz por la tierra, y si acaso alcanzar el cielo, no hay dimensión, cada uno revela el ancho y sus posibilidades de ensoñarse y seguir siendo medido a horcajadas esta esperanza de pintar mundos abiertos, a la vista del alma.

Y de uno -mismo-     

Víctor Fuentes

 

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