El peso más liviano / Víctor Fuentes

¿Será difícil explicarle a los niños que el peso ha perdido peso? Idee una estrategia, lancé unas preguntas e invité a  que todos podemos hacer también una, todos, me refiero a la población escolar de la escuela primaria Emiliano Zapata, ubicada en Chicapa de Castro, Oaxaca.

Lo primero que hice fue montar una instalación a manera de atril, puse sobre un huacal  un petate pequeño, luego las monedas: Una de plata, dos de cobre de distintos años de edición, al lado, coloqué  dos lupas escolares, y para decorar el huacal, solo puse una bandera mexicana, de esas que se venden por cientos ahora que es mes patrio.

El remolino de niños sobre los objetos no se dejó esperar, desde temprano parecían avispas arremolinadas frente a la instalación, en la escuela todavía se acostumbra formar a los niños antes de irse a sus salones respectivos, este acto de formación casi militar, ahora este acto casi escénico, me permitió romper con la  rutina, avisando de la instalación y que aprovecharan para hacerse las preguntas que ellos pudieran y quisieran saber sobre las monedas y los billetes, sobre el peso en general.

Les comuniqué que también pondría una canasta, que ahí podrían depositar las tarjetas con sus respectivas preguntas. Toda la mañana ésta apareció desierta de las preguntas, aun no me desespero la semana va de inicio, espero confiado se llene durante el transcurso con las preguntas de los niños.

Mientras transcurría la mañana, algunas de las maestras bromearon, que mejor se los diera para ir corriendo a la primera casa de empeño, una más dijo que la emisión era justo la fecha de su año de nacimiento, así que la moneda de plata ley, era suya. Que solo así, podría coincidir su llega a la escuela. Otra de ellas, comentó en seguida que por favor nadie osara tocar o llevarse la moneda pues era sólo suya, que pronto lo haría dije para un laso.

La misma profesora que dijo coincidir la fecha de nacimiento, comentó a todos los niños que guarda con celo billetes de distintas denominaciones, que los billetes,  son un regalo que le heredó su difunto padre. También les dijo: “Niños ya no vale, ya no podemos comprar nada con ellos,  pero para mí  siguen siendo muy valiosos”. Al romperse la formación, los niños en remolino volvieron a acercarse a las monedas.

La curiosidad es maravillosa, se empezaron a apretujar y hasta empujarse, unos movidos por las monedas y otros precipitados por usar la lupa.

Juan Felipe, un niño que cursa el quinto grado, regordete, mejillas hinchadas y una delgada voz me compartió durante el receso, lo siguiente “Mi abuela tiene monedas de varios tamaños, unas de cobre y de 1000, ya me dio tres de ellas, pero no quiere darme ni una más porque las guarda por si un día vuelven a tener su valor.”

Esperé preguntas, y más preguntas, el único que se interesó fue el intendente, “Este país se lo han acabado, un país rico, yo digo si tenemos riquezas naturales ¿Por qué estamos en la miseria?” La verdad, no tuve una respuesta rápida y convincente, también ando en esas, conocer a fondo cómo es el asunto del peso, por qué se tiene que pagar veinte pesos por un dólar americano.

Motivaré hasta el cansancio a los niños de la escuela, para saber qué piensan de estos pesos que usamos a diario, qué significa para ellos, qué valor le dan. Estoy esperando que con sus preguntas poder tener las mías, respondérmelas, y seguir conociendo el comportamiento bursátil de nuestro peso cada vez más liviano.

Mientras tanto, al menos, por unas cuantas horas el día de hoy, ha llegado a la escuela, una cosa inesperada (la instalación) acompañada de las lupas que sirvieron para descubrir que los objetos siempre vistos de la misma manera todos los días, se agrandan si se aleja la lente, encontraron cómo y qué distancia ponerla, la lupa paso de mano en mano, se alejó de la composición. Desgraciadamente los únicos que no se interesaron en este juego, son y siguen siendo los adultos que convivimos en la escuela Emiliano Zapata.

Pero para nada me canso, mañana mismo he pensado cargar consigo un cuadro con pinturas originales, pintado por un gran amigo, espero que los niños de manera inevitable, como siempre, mantengan vivía la capacidad de curiosear, la capacidad de asombrarse con poco y esa emoción los lleve hacerse  mil preguntas, eso espero, sólo eso.

Víctor Fuentes

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