Que la justicia no se tuerza y deje libres a los asesinos de mi esposo, pide Natalia
*El 20 de abril de 2024, Florencio y Artemio mataron a Felipe Venegas en San Simón Almolongas; el hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad y fueron sentenciados a 30 años de prisión; sin embargo, apelaron la sentencia. **La viuda solo pide justicia y que el juez o jueza que vea su caso no se venda.
Paulina RÍOS/ página3
Oaxaca, Oax., (pagina3.mx).- Hace poco más de trece meses, Naty vivía muy tranquilamente en San Simón Almolongas junto con su esposo, su hijo mayor y sus mellizos, una niña y un niño.
Hoy, vive con el temor de que los homicidas de su esposo también la asesinen a ella, si la justicia “se tuerce”.
En entrevista con pagina3.mx, Natalia narra su miedo y responsabiliza a Florencio Pérez Reyes y a Artemio Magdaleno Pérez Reyes de lo que pudiera sucederle, solo por exigir justicia.
Con tristeza recordó cómo el 20 de abril de 2024 fue el último día que vio con vida a su esposo Felipe Vengas.
Cerca de las 10 de la mañana de ese día, su marido le da un beso de despedida y se va con su hijo de seis años a su taller de hojalatería ubicado metros adelante.
Sus mellizos entonces tenían solo siete meses de edad y Felipe había jugado con ellos poco antes.
Ella se queda esperando el tractor para trabajar la tierra, el cual llega alrededor de las 11 de la mañana y su hijo regresa a casa.
Y mientras le pregunta a su hijo José Daniel por su padre, escucha el ruido de la moto de Felipe.
«No sé, fue a un mandado, se fue con un señor. Yo escucho su moto de él -porque reconocía yo el sonido- y veo hacia la calle y lo logro reconocer de espaldas a él y al señor que lo acompañaba. El señor que lo acompañaba era Florencio Pérez Reyes y este es uno de los asesinos de él”, señala categórica.
-¿Por qué sabe que sí son ellos los asesinos?
Eh, sí sabemos que son ellos, ¿por qué?, porque ya se hizo una investigación, el cuerpo de mi esposo fue encontrado en el domicilio de uno de ellos, dice y regresa a sus recuerdos de ese funesto día.
Rememora que pasaron las horas de ese sábado sin saber nada de Felipe.
Lo buscaron en su taller, le llamaron al celular y al caer la noche decidió llamar a la familia de Felipe para informarles de la situación.
Al no poder salir a buscarlo porque no había quien cuidara a sus hijos, la hermana y el padre de Felipe lo buscan infructuosamente y deciden volver a salir a la mañana siguiente.
Desde las primeras horas del domingo vuelven a la búsqueda y se une Natalia, quien recuerda que la última vez que lo vio fue en la moto con Florencio.
Entonces deciden ir a la casa de ese señor y al llegar y preguntarle por su marido, este le responde que no sabía porque estaba muy borracho.
«Es que yo estaba muy borracho, muy tomado. No recuerdo, no sé. No sé dónde él quedó porque también él estaba muy tomado”, aseguró Florencio.
También le dijo que habían tomado en un lugar denominado La Cañada, a la entrada de San Simón Almolongas.
La familia de Felipe sigue investigando y acuden con el dueño del lugar, quien les confirma que sí fueron pero que el desaparecido solo tomó una cerveza.
Comentó que alrededor de la una de la tarde se fue con Florencio sin saber a dónde.
También recuerdan que Florencio trabajaba para el ganadero Artemio Magdaleno Pérez Reyes, de quien se rumoraba que realmente se dedicaba a desbaratar camionetas, pero no decían nada porque le temen.
Llegan al domicilio de Artemio, cuando pasan por el frente ven una puerta de lámina que tiene un orificio y Natalia se asoma.
Grande fue su sorpresa cuando puede ver la moto de su esposo en el interior.
“Cuando me bajo, camino y en el suelo logro ver una mancha de sangre con casquillos o cartuchos de un arma. Desconozco qué arma.
“Y me vuelvo, me asomo por el orificio de la puerta de Tecate y veo la moto de mi marido adentro.
“Yo le grito, le grito: ¿Felipe, estás ahí? Sal, te vengo a buscar”, rememora.
“No podemos entrar porque está cerrada. No había nadie. No había nadie, nadie en casa. Pero yo me alarmo más porque veo sangre en el suelo.
“Entonces yo le digo a mi cuñada Angelina que hay que ir a buscar a al síndico. Ella lo fue a buscar ella, nosotros nos quedamos, mi suegro y yo nos quedamos en el lugar donde está la moto.
-¿No tuvo miedo?
Sí. Muchísimo porque estas personas ya tenían antecedentes, que en el pueblo eran violentas y portaban armas. Y le digo, rumores de que deshuesaban carros, le pegaban a las personas y todo eso.
Vino el síndico, se asoma y él me dice: «efectivamente sí logro reconocer la moto, que pues sí es de tu esposo.»
Natalia le pide llamar a la policía y como el síndico es familiar de una de las personas involucradas, la familia decide llamar también a la policía, para evitar que los protegiera.
Llegan policías municipales y estatales y abren el lugar. Apenas están entreabriendo la puerta, Natalia vislumbra algo.
“Cuando uno de los policías abre tantito la puerta, yo logro ver un pie con un calzado. A lo que yo al verlo, logro reconocer un poco el zapato que era un tenis Nike, del que él usaba, con el que él salió de la casa”.
“Cuando él abre más, efectivamente me doy cuenta que es Felipe Venegas, mi marido, y pues en ese momento yo me desvanecí, ya no supe más que hacer, me sacaron de ahí, pero sí, estaba tirado atrás de la puerta de Tecate, con dos impactos de bala en, este, en la frente. Uno en la frente y uno a la altura de la nariz”, revive el momento entre lágrimas.
Después del hallazgo del cuerpo, las investigaciones logran determinar que fueron Florencio y Artemio quienes mataron a su esposo.
El asesinato quedó plasmado en las cámaras de seguridad que Artemio tenía en su casa y la Fiscalía de Oaxaca logra vincularlos a proceso en el expediente AP/31/2024JOTPAS/0049/2025 y al final el juez los determina culpables.
Con esa sentencia condenatoria, Natalia y la familia de Felipe sentían que había justicia; sin embargo, esa tranquilidad se rompió meses después.
Los asesinos de su esposo, Florencio y Artemio contrataron a un abogado que interpuso una apelación, en busca de desestimar el caso y salir libres.
La audiencia para saber si reafirman la sentencia o le dan el amparo con la posibilidad de salir libre será el 19 de junio próximo, en Ciudad Judicial.
“Mi esposo fue asesinado de una manera muy cruel, muy muy fea, por dos personas que ahorita están detenidas, pero temo de que salgan en libertad, de que sobornen a los jueces o la juez que vaya a llevar el tema y pues salgan en libertad y yo tenga que huir del pueblo porque son personas malas”, narra compungida.
Natalia teme por su vida y la de su familia porque en su pueblo, donde todos se conocen, se ha sabido que Florencio está vendiendo sus terrenos para salir libre, y no para pagar la multa de medio millón de pesos que le impusieron.
Recuerda que cuando lo detuvieron, Florencio la amenazó y sabe que en el pueblo él ha golpeado a, ha hecho daño, y lo detienen y al otro día sale libre porque paga, soborna, acusa Natalia.
También teme que Artemio pueda hacerle algo, pues ambas personas “son muy malas”.
“Yo estoy al frente de esto porque me corresponde, porque no está bien lo que hicieron, pero de que yo tuve algo que ver con lo que pasó, no.
“Ni busco venganza. Lo único que busco es paz para mis hijos y para mí. Es lo único que quiero, vivir tranquila.
No me meto con nadie ni estoy buscando venganza”, reiteró clamando justicia y que el juez o jueza que tenga que ver su caso no sea sobornado, porque ha visto muchas corruptelas.