Casas donadas por China un alivio ante la falta de viviendas aseguran damnificados

#Juchitán 03 octubre (#Istmopress).- No serán viviendas de concreto pero son un aliciente y alivio ante la tempestad expresaron damnificados del terremoto en Juchitán, quienes reconocieron que las casas de campaña donadas por el país asiático de China han contribuido a que soporten la lluvia que no cesa en este lugar.

Las casas de campaña son de nylon de color azul, traen una leyenda escrita en lengua china de color blanco y miden 2 metros de ancho por 3 de largo, le caben dos camas o tres catres de yute, alcanzan a dormir entre 5 y 7 personas o dos familias pequeñas.

Ezequiel Sánchez Osorio tiene 83 años, es diabético e hipertenso, fue uno de los mil 200 beneficiarios de esta ayuda humanitaria y de solidaridad que ha llegado a Juchitán, antes dormía sentado bajo una lona que su hija Vicenta Sánchez Santiago consiguió para resguardarse debido a que su vivienda presenta colapso.

Originario de la séptima sección, una de las más dañadas por el terremoto del pasado 7 de septiembre ha padecido las inclemencias de la naturaleza, primero el terremoto, después el intenso sol y ahora las lluvias.

Desde la noche del 7 de septiembre cuando la tierra rugió fuertemente y destruyó cientos de viviendas y colapsó otras como la de Ezequiel y su familia, el sueño se había convertido en una utopía, no había dormido sus 8 horas como lo recomendó su médico por los padecimientos que sufre, sin embargo lleva dos noches que duerme hasta el amanecer y no se levanta por las constantes réplicas.

“Me siento más tranquilo, sé que esta casa no me matará si se cae por los constantes sismos que aquí sentimos, esto ya no era vida para mi y mi familia, mi hija con quién vivo tampoco descansaba por mi, pero ahora esta casa ha sido un alivio, llevo dos noches durmiendo plenamente, colocó el ventilador y me acuesto, ya no sé de réplicas”, expresó.

Vicenta Sánchez Santiago es hija de Ezequiel y relató que un funcionario de gobernación pasó por su avenida, la Insurgentes en la séptima sección de Juchitán y fue quién le entregó un tiket para recibir este apoyo porque vio que dormían bajo la lluvia.

“Esta ayuda ha sido muy buena para nosotros, pero hace falta más, tenemos vecinas con niños que se quedaron sin casas, la ayuda ha llegado y es buena, la gente de la sociedad civil es la que más se ha solidarizado con nosotros, nuestros gobernantes locales solo quieren tomarse la foto, pero ya los conocemos como son, ellos no han ayudado en nada”, dijo.

Además del abuelo, sus nietos también lo acompañan, ahí se resguardan por que la lluvia cae con fuerza en las noches y es imposible conciliar el sueño, la casa tiene ventanas y también una puerta además de protección anti moscos.

En el espacio donde se ubica la casa de campaña también se habilitó una cocina comunitaria, de las 30 que ha establecido el maestro Francisco Toledo en Juchitán, la hija de Ezequiel y otras cuatro vecinas diariamente desde el pasado 11 de septiembre brindan alimentos a más de 100 personas de forma gratuita.

Tener a su papá cerca de la cocina es mejor para Vicenta, mientras elabora los guisos junto con sus cuatro vecinas ( Martha Vázquez Sánchez, Juana Ruiz Guerra, María Tolentino Santiago, Soledad Zárate Gutiérrez) no lo pierde de vista y está atenta a darle sus medicamentos en el horario indicado.

Antes de contar con la casa de campaña, Ezequiel no descansaba durante el día, y eso le angustiaba a Vicenta, lo que ahora ha hecho es mientras elabora los guisos para su gente, él se duerme placenteramente y le ha mejorado su nivel de vida.

“Aunque solo lleva dos días de que instalamos la casa de los chinos porque así le decimos, veo a mi papá más seguro, más contento y feliz, eso me motiva a seguir apoyando a la gente con la cocina comunitaria, nosotros ya recibimos el apoyo de gente que no nos conoce pero se solidarizó con nosotros, ahora lo que haremos es seguir continuando con estas cocinas que nos compartió el maestro Toledo, estamos felices de donar nuestro tiempo y esfuerzo”, señaló.

Las mujeres que se encargan de la cocina comunitaria, también son artesanas, elaboran las enaguas y huipiles que son el traje regional de la mujer istmeña, sin embargo desde el 7 de septiembre los bastidores, hilos y agujas se han olvidado, ahora ayudan a dar alimentos a los suyos de forma gratuita sin recibir pago alguno.

Alberto Ortega Jiménez, es uno de sus vecinos con quienes las cinco mujeres impulsaron el apoyo solidario, han logrado donativos para seguir comprando alimentos y ayudar a sus paisanos, porque aseguran la emergencia aún continua viva como aquel 7 de septiembre, cuando todo se colapsó en Juchitán.

“Estoy sumamente contento porque mis vecinas han demostrado la fuerza, parecen de hierro que no se cansan, aquí conviven con su familia, ha sido una importante ayuda todo lo que nos ha llegado, nunca imaginamos que desde China nos llegarían casitas”, expresó.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

 

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