El que no habla ni Dios lo oye

#UniónHidalgo 27 Ene (#Istmopress) – A principio de septiembre el año 2019, coincidí en preocupaciones con la maestra Flora Martín, una docente del plantel COBAO ubicado en Niltepec, Oaxaca. Por eso, viaja todos los días y usa la carretera vía La Venta.

A su paso solo ve basura, montones de inmundicia, esto de manera principal en las afueras de Unión Hidalgo, su hartazgo la llevó hacer publicaciones en su cuenta de Facebook. Por lo que no me quedé de brazos cruzados, aunado a la confianza que me inspira y de conocernos, me motivó a proponerle hacer algo, quizás empezar de cero.

Así fue, que empezamos a caminar, y llegamos con un boceto de lo que puede ser un proyecto de buenos resultados, les llevamos a las autoridades el cronograma de actividades y una solicitud por escrito, el secretario recibió con amabilidad el oficio, nos dio fecha para una respuesta, nuestra segunda visita no tuvo eco, hasta una tercera, el asunto se canalizó en manos del regidor de ecología.

Lo buscamos en su oficina. Un cuarto pequeño adosado al interior de la biblioteca municipal, ahí en ese espacio casi al descubierto nos atendió, el Regidor y sus dos asistentes. Nos dejó ver su preocupación, nos mencionó qué actividades han realizado, se acercaba las fiestas del pueblo, esta fecha para nosotros los Unidalguences es importante, pues se celebra la fundación de la población.

Entonces imaginamos bien podría ser propicio, como lo hacíamos  o lo siguen haciendo algunos habitantes todavía, cuando se tiene fiesta en casa, lo primero que se hace es limpiar la casa, si es preciso encalar o pintar. Limpiar el patio, la calle, dejar todo pulcro e impecable. Para dar una buena impresión. Azuzados por estos motivos, pensábamos en tener éxito, y que contaríamos con el apoyo del municipio.

La respuesta fue un no, no se tiene maquinaria, no se tiene volteos, no se tiene tal vez iniciativa, y el proyecto de la regiduría no contempla pepenar montones de basura que la gente tira en estas salidas. Ya son muchos años en que las personas eligieron este sitio para deshacerse de la basura. 

Hay muchas maneras de que la basura de sus casas, negocios o patios lleguen hasta acá, a la orilla del canal de riego, antiguo camino carretero, junto a la cinta de asfalto (por cierto en deterioro)  ahí deposita la gente del pueblo sus inmundicias, proliferando fauna nociva y olores fétidos, difíciles de soportar para un olfato limpio.

Llegó un momento que pensamos desistir  Flora y yo, luego la animaban y me animaban para buscar cómo resolverlo, pensamos acudir como lo hacen muchos, vía oficinas y empresas eólicas, pero por una u otra cuestión se fue postergando, ya para principio de octubre, nos encontramos con una publicación, de que el sitio estaba limpio, las fotos publicadas daban una sensación de limpieza a conciencia, pero no, la realidad era que se remolcó la basura y no se retiró, además  los del ayuntamiento se vanagloriaban la proeza.     

Fue cuando escribí y busqué de nuevo a la maestra Flora, juntos pensamos en sembrar los árboles y cómo se cuidarían posteriormente. Los primeros días de la siembra ella y sus ayudantes regaron las diez ceibas, luego el olor pestilente del montón sobre la que la gente seguía acumulando más basura, los hizo desistir.

La maestra de vez en cuando me preguntaba, cómo íbamos y nos ofrecía tomar agua de su quinta, que nos quedaba cerca, pero no fue necesario. Tomabas agua desde nuestras casas y la montábamos en la moto, así resolvimos el asunto del riego frecuente.

Al ver que los pochotes resistieron sembramos diez más, domingo a domingo le dedicábamos tiempo, cada vez que íbamos, mis amigos  Sandro Pérez, a veces Luis Ángel Martínez, otras una persona que amablemente con una módica propina nos acompañaba, nos encontrábamos con una bolsa repleta de basura.

Dejamos un domingo sin ir, ya eran más bolsas y cajas llenas de todo. Olores difíciles de describir, carne putrefacta, pieles de ganado o borrego que sirvieron de botana en las fiestas decembrinas, adornos navideños, botellas de bebidas embriagantes, llantas y televisores de bulbo, y muchas otras basuras inclasificables. 

Todas ellas van cubriendo de nuevo el espacio. Sin importar que dañen los bioongo, sin importar que se llenen de hormigas y otros bichos evitando su sano crecimiento, sin importar que encimen todo sobre las cepas y sin importar si las regamos y tratamos de que se logren.

Este domingo 26 de enero del año 2020. Quedan solo dieciséis árboles, prensados con la basura que se ha indo intercalando entre árbol y árbol,  producto de la irresponsabilidad de quienes prefieren depositarlas ahí, llevaremos los cuatro, para reponer la meta inicial.   Sembraremos a sabiendas de tener toda adversidad. Además se tendrá que levantar estas basuras que la gente ha interpuesto entre árbol y árbol.

¿Cómo sanar de raíz este problema? Habrá muchas respuestas, ni una de ellas estará más acertada que tomar acciones, ser proactivos, y amar por sobre todas las cosas nuestro pueblo. Sin ello, queda muy poco por hacer. Hay mucho trecho por andar, por el bien de los habitantes de Unión Hidalgo, nuestro pueblo.

 

Víctor Fuentes / Agencia de Noticias IstmoPress           

 

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