Con papalotes, el pueblo de San Mateo del Mar recibe a sus ancestros en Día de Muertos

#Juchitán 02 Nov (#Istmopress) – Sin detenerse y con la ayuda del viento, los papalotes o papalot vuelan para que las almas lleguen directo a los hogares de la comunidad ikoots de San Mateo del Mar el día 31 y lo mismo hacen para cuando se van, hoy 2 de noviembre, así dicta esta tradición que se celebra en el Día de Muertos.

A media tarde, las niñas y niños, así como mujeres hondean sus papalotes, los hay de diversos tamaños, pero todos tienen el mismo fin, ser el transporte de las almas de sus ancestros para que no se desvíen y lleguen con bien al hogar que los espera con tamales, flores y frutas.

El maestro Hugo Alberto Hidalgo Buenavista, defensor e historiador comunitario explica que el papalot o papalote se elabora de distintas figuras: tip ‘sin cola’, pawal ‘redondos’, netotow ombeay papalot ‘cuadrados’, akokiaw ombeay papalot ‘pentagonos’ entre otras formas.

Los materiales que utilizan son puntil ‘varitas de los fiololos de las hojas de la palmera de cocos’, hilos, nailos de colores.

La enseñanza del papalote señala el historiador comunitario “es todo un conocimiento artístico y de creatividad, para poderlos elaborar, desde hacer los dobleces con el nailo para obtener la figura del papalote, anivelar su oxing papalot ‘brida o punta de anclaje de los hilos, así como su colá del paoalote.”

Explica que previo al Día de muertos, las personas ensayan para no fallar en la elevación del papalote, y así cuando llegue el día 31 de octubre, son elevados como transporte para recibir a los fiestes difuntos niños.

El día 1 de noviembre, desde muy temprano, se echan a volar para recibir y trasportar a los fieles difuntos grandes y este 2 de noviembre, lo elevan de nueva cuenta para acompañar el retorno de sus ancestros.

El encuentro con sus ancestros, las familias ikoots lo hacen dentro de su hogar. El altar principal de la casa esta conformada de dos mesas, sobre la primera mesa es el espacio para las ofrendas de los Santos religiosos, en cambio debajo de la mesa es dedicada para nangaj iüt monopoots ‘la sagrada tierra, somos una sola a ella’ se ofrendan manojos de flores y se encienden velas.

El altar ar esta dividido en dos espacios del medio de la mitad de la mesa hacia la derecha a las mujeres y hacia el izquierdo para los hombres.

Hidalgo explica que en la parte superior del altar, se cuelga un Markesand ‘Marquesinas Santa’estructura rectangular, elaborada de carrizo o pencas de palma real, forrada y decorada de hojas y flores.

Además simbolizan la bóveda celeste, cada interseccion representa las constelaciones y las estrellas, simbolisan al mismo tiempo las almas de los fieles difuntos.

Por el área geografica, rodeados de mar, al norte de la barra de San Mateo del Mar, se ubica laguna inferior del Golfo del Tehuantepec y al Sur con el Océano Pacífico, la pesca es la práctica principal de los habitantes, por lo tanto sus conocimientos son ancestrales. Ellos también ocupan los papalotes, para ubicar las fases lunares y mareas, asociadas a la buena cosecha y abundancia de pescado y camarón.

En la segunda mesa se ofrenda a los fieles difuntos, entre lo que se coloca los tamales de pescado y camarón, así como comidas actuales que se han apropiado mole, tamal de puerco, pollo y res, así como las bebidas: atole, café o refrescos.

Balbina Salinas Mora tiene 45 años de edad, es madre de familia y en su lengua ombeayiüts enseña a su hijo a volar su papalote que fue elaborado por su padre y al mismo tiempo le explica que es una forma de recibir a las almas, en este caso a las de sus abuelos que ya fallecieron.

La creencia según explica Balbina, el papalote al elevarse ayuda a las almas a descender a la tierra y convivir con los vivos, quienes le colocan ofrendas en su casa y en el panteón.

Su esposo que se dedica a la pesca elaboró el papalote, y es que en esta comunidad indígena el papalote también se usa como elemento importante en la pesca, que es la principal actividad económica y en época de viento fuerte se usa con demasía, pues es un vehículo que dirige el rumbo de los pescadores cuando entran a las profundidades del mar vivo.

“Se dice que los espíritus descienden más rápido por medio del papalote, por eso aquí los volamos el 30 y 31 de octubre en la víspera del día de los muertos, es una tradición que heredé de mis padres y de mis abuelos, ahora mi hijo en su escuela también le enseñan para que no se olvide”, expresó.

**Pescadores adoptan el papalote como técnica de su actividad

En la actualidad los pescadores a propósito han retomado el conocimiento de elaborar el papalote más grandes y con pencas de palma o carricos más gruesos, arman la estructura y son forrados con costales de azúcar de 50 kilos, para convertirlo como una técnica de pesca, que es utilizada sobre todo el en Océano Pacífico, narró el cronista ikoots.

“Pescar con papalote, para aprovechar las ráfaga de viento, consiste en atar la red larga rectangular en la parte superior corchos y al ferior plomos, atando un estremo de la red al ancleje de los hiloa del papalote, para luego elevar el papalote, esto ocasiona que vuele hacia el sur y extienda la red desde la orilla del mar, cuando la red logra extenderse en su totalidad, desatan el nudo y ddjn caer toda la red, mientra del otro extremo de la red es sujetada por una estaca de madera o anclas de metal, para que después de varias horas vuelven a recoger la red hacia la orilla del mar y obtener la pesca”, agregó.

Es importante destacar, que el maestro Hugo Alberto Hidalgo Buenavista es uno de los impulsores para retomar las prácticas ancestrales de esta comunidad indígena oaxaqueña.

“Seguimos fortaleciendo, divulgando la gran importancia sobre el Papalote, porque no solo es un juego tradicional, si no es un “vehículo” para recibir a las almas, a los fieles difuntos, a sus ancestros, que se niega a desaparecer”, concluyó.

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

Fotografía de Saul Gijon

Fotografía de Hugo Alberto Hidalgo Buenavista

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