Apicultura itinerante, una lucha contra el cambio climático

#ElEspinal, Oax. 19 May (#Istmopress) – Para seguir produciendo miel y que las abejas  se sigan reproduciendo y no mueran en el ambiente hostil que se vive en la actualidad a causa del cambio climático; Raúl, Fernando, Cristino y Raúl Alberto, apicultores de la unidad de producción “El Espinal”  implementaron la técnica de   “la apicultura itinerante” es decir llevan sus colmenas a diferentes puntos de la región del Istmo de Tehuantepec  e inclusive del estado de Chiapas donde exista floración.

 

La apicultura fue una opción de vida que iniciaron Raúl Nivón Fuentes y Fernando Bernal Toledo originarios del municipio de El Espinal,  en su etapa profesional como maestros de secundarias técnicas desde hace 40 años y que actualmente han heredado a sus hijos y familiares cercanos.

 

La deforestación, el uso de pesticidas y fungicidas  y la implementación de cultivos como caña de azúcar  en la zona istmeña, ocasionaron que los ecosistemas  se contaminaran y dejaran de ser óptimos para una floración sana donde las  abejas pudieran producir miel, razón por la cual desde hace 12 años iniciaron con esta técnica de la apicultura ambulante.

 

La  primera fase comienza en el mes noviembre  a  principio de  febrero, las más de 30 colmenas formadas en cajas de madera  son llevadas a parcelas en la zona de Pijijiapan  Chiapas que se localiza a 249.8 kilómetros de la ciudad de El Espinal Oaxaca.

 

Una vez concluido este periodo, en los próximos tres meses, de mediados de febrero a finales de mayo-época de mayor floración- ,las colmenas  son ubicadas en otro sitio ahora en la zona norte del Istmo de Tehuantepec en ranchos y espacios de vida natural de la zona de la Mixtequita y Palomares.

 

De junio a octubre es la época de cero producción, es decir no hay floración y  cosecha,  las colmenas retornan a su lugar de origen que es El Espinal  después de haber recorrido más de 600 kilómetros  y los apicultores les dan mantenimiento, a las abejas se les dota de agua y  azúcar mínima para mantenerlas vivas y puedan resistir al mes de noviembre donde nuevamente se retoma el ciclo ambulatorio.

 

Los gastos de producción corren por cuenta de los apicultores, quienes manifiestan que esta actividad agrícola nunca ha sido reconocida por las autoridades como elemental y dadora de vida, a pesar de que  México cuenta con más de 43 mil apicultores registrados ante la Secretaria de Agricultura y de Desarrollo Rural (Sader).

 

“De las autoridades nunca hemos recibido un solo centavo, hacemos apicultura por amor a las abejas, porque sabemos que ellas son salvadoras de vida, que a ellas le debemos la existencia de la humanidad; aprendimos este oficio en la escuela y ahora lo heredamos a nuestros hijos, pero el gobierno no lo  reconoce, para ellos, los productores de miel no existimos”.

 

Esta unidad de producción apícola llamada “El Espinal” produce anualmente mil 200 kilos de miel que son vendidos a granel a una distribuidora localizada en el estado de  Chiapas que la adquiere a un precio de  24 pesos el kilogramo y alrededor de 48 mil pesos la tonelada, sin embargo para este año su precio cayó en un 50 por ciento ante la importación de “miel” procedente de China, la cual aseguran es una  mezcla de fructosa y arroz, y eso ha provocado la disminución del precio.

 

“Aquí producimos miel de calidad, Oaxaca es uno de los estados donde hay miel pura, sin embargo nuevamente recalcamos la falta de financiamiento, nosotros hemos logrado nuestros equipos por iniciativa propia, desde la  logística para obtener una presentación de 250 gramos hasta los tambos que se usan para la venta en tonelada, todo ha corrido por  cuenta propia”.

 

Los apicultores resaltaron que para seguir privilegiando este oficio es urgente la construcción de un “Centro de acopio” para que no siga creciendo “El coyotaje” que es el intermediarismo  que lo único que ha provocado es una competencia desleal y que les priva de ganancias netas de su producción.

 

Raúl, Fernando, Cristino y Raúl Alberto a pesar de todo ello;  de la falta de oportunidades, del olvido de las autoridades, del coyotaje y de los gastos que conlleva la “apicultura itinerante” son felices, desde un espacio de tres por cuatro metros realizan el ritual de la extracción de la miel de sus colmenas, la envasan y la resguardan, por ahora  esperan una buena nueva  en los precios que les permita colocar su miel a un precio justo y digno de su actividad apícola.

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

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