Mujeres indígenas las más afectadas por el cáncer

#Juchitán 10 ago (#Istmopress) .- Los tiempos maravillosos de Jorge e Irma se truncaron hace dos años, en su medio siglo de vida ella nunca se practicó una mastografía y tampoco una colposcopia, la pena del que dirán sobre su cuerpo, la falta de conocimiento sobre el cáncer y su pobreza fueron sus aliados, hoy acude a sus radioterapias en la capital oaxaqueña por que vive con cáncer de mama.

Una cama en el patio de su casa con infinidad de almohadas acompañan a Jorge, está solo porque Irma viaja constantemente a la capital oaxaqueña para recibir su tratamiento con la esperanza de recuperar su vida normal.

Ambos son indígenas zapotecas y se dedicaban al comercio, Jorge reconoce que nunca se preocuparon por su salud. “La ignorancia y las barreras culturales de no permitir que un hombre vea desnuda a mi esposa aunado a nuestra actitud machista hoy dieron frutos, pero no positivos, sino negativos, Irma acudió al medico demasiado tarde y hoy lucha por vivir”.

En el marco del Día internacional de los Pueblos Indígenas, las mujeres indígenas del Istmo de Tehuantepec siguen padeciendo el cáncer, según datos de la organización de mujeres 8 de marzo que dirige Rogelia Gonzáles Luis, el Istmo de Tehauntepec ocupa el segundo lugar a nivel estatal de Cáncer de Mama y el tercero de cervicotuterino.
“La principal barrera de la mujer como derecho a la salud es la económica, muchas veces para continuar su tratamiento venden sus propiedades y otras simplemente mueren por no contar recursos para trasladarse a las unidades de salud y la segunda barrera es la cultural, el que dirán de que las revise un hombre que no es su pareja”.
En las experiencias de esta agrupación, quienes desde el 2003 realizan estudios constantes para detectar el cáncer cervicouterino, mujeres ikotjs de San Mateo y San Dionisio del Mar, Las zapotecas de Guevea de Humbold y Santa María Lachiguiri y las chontales de San Pedro Huamelula y Santiago Astata aún viven con la barrera cultural de la no revisión o de un sí pero con la pareja como testigo de la prueba.

El grupo 8 de marzo que promueve el empoderamiento de la mujer, de enero a la fecha ha atendido a unas 600 mujeres en el tema de la salud, desde mostrar los temas de salud reproductiva hasta concientizarlas de practicarse una colposcopia y una mastografía.
Salustia es otra de las mujeres que nunca se revisó, ella lo venció después de un largo, costoso y doloroso tratamiento, así describió al cáncer de mama.

De 45 años de edad, ama de casa, nunca se auto exploró, más bien no sabía que era el cáncer hasta que lo vivió.

“Tristemente puedo decir que las mujeres indígenas somos las victimas de cáncer, por nuestra ignorancia del que dirán, por fortuna el CEPREC me ayudó y hoy estoy viva, he vuelto a nacer”, explicó.

La especialista en sicología clínica Minerva Téllez expuso que aunado a las carencias del sistema de salud como son insumos y medicamentos hace falta también personal que funja como traductor de las diversas lenguas indígenas que ellas hablan.
“El servicio que proporciona el sector salud es general para todas las mujeres del país, muchas mujeres principalmente zapotecas e ikotjs o mixes no hablan español y no comprenden lo que dicen los volantes o trípticos lo cual las pone en desventaja”, explicó.
Recalcó también que el tema cultural es otro fenómeno que aún está inmerso en el aumento del cáncer en la mujer indígena, debido a los mitos o creencias que existen en torno a la enfermedad, los roles de género y la molestia de la pareja ante el examen.
En un estudio que realizó en el Istmo de Tehuantepec pudo conocer que durante el tratamiento del cáncer, a la mujer no se le brinda apoyo psicológico desde sus comunidades para afrontar la enfermedad y tampoco en la ciudad de Oaxaca, donde reciben sus quimioterapias.
Reconoció que en relación al acceso a la salud, los servicios no son integrales ni
culturalmente apropiados, siguen existiendo actitudes racistas y discriminatorias hacia la población indígena, especialmente hacia las mujeres y juventudes indígenas.

Por su parte, Francisco García, director del Centro de Prevención del Cáncer fundado en el 2001 señaló que anualmente atiende a unas cien pacientes, un promedio de 2 con nuevo diagnóstico cada semana. De los 1500 pacientes, casi 900 son mujeres, es decir, dos de cada tres pacientes con cáncer son mujeres.

En el Ceprec cada mes diagnostican a una mujer con cáncer cervicouterino, principalmente de las ciudades de Juchitán, Tehuantepec, Salina Cruz, San Blas Atempa, Unión Hidalgo, Espinal, Ixtepec, Matías Romero y San Francisco Ixhuatán

Puntualizó que las mujeres no acuden a su revisión por miedo pensando en la posibilidad de que se les diagnostique el cáncer y no sepan que hacer, y deciden no asistir y el machismo también es un factor, aunque aclaró que ahora prefieren acompañarlas.

Dijo que las campañas de difusión de las autoridades de salud y organizaciones sociales han ayudado mucho, sin embargo reconoció que la mujer indígena todavía vive con sus mitos de falta de educación para la salud, aunado a la falta de infraestructura de las unidades de salud.

El tratamiento, la duración del mismo y el costo depende de lo oportuno o tardío del diagnóstico. En la etapa inicial la mujer puede requerir solamente cirugía o radioterapia, en etapas más avanzadas cuando el tumor se ha extendido más allá del cérvix radioterapia y quimioterapia.

Por su parte, el encargado de la clínica de Displasia del Hospital General de Juchitán, el ginecólogo Arturo Fuentes Valdivieso dio a conocer que en el 2015 se registró el mayor numero de casaos de cáncer invasor en mujeres indígenas.

Señaló que en el 2014 se registraron 6 casos, el 2015, 10 casos y hasta el 31 de julio de este 2016, suman cinco casos.

Informó que a las pacientes una vez que se les practica sus pruebas y resultan positivo, se les canaliza al Centro de Oncologia y Radioterapia de la Ciudad de Oaxaca, en la cual se le da todos los tratamientos completamente gratuitos como beneficiarias del Seguro Popular.

Precisó que el municipio de Juchitán registra a las mujeres con mayor incidencia, seguido de la sierra y la zona ikotjs.

“La mujer acude a su centro de salud y ahí se le practica su Papanicolaou, a los tres meses se le entrega su resultado, la mayoría de los casos son infecciones causadas por el virus del papiloma humano y lesiones de bajo grado que son tratados dentro del hospital”.

Una vez detectado el virus del papiloma humano, se procede a realizar una electrocirugía, la cual si no se goza de seguro popular le cuesta 2 mil 500 pesos.

** Jóvenes indígenas en aumento del Virus del Papiloma Humano

El virus del papiloma humano es el que provoca el cáncer y cada vez aumenta en las mujeres jóvenes de 15 a 21 años.

Según datos de la clínica de displasia del Hospital General de Juchitán al día llegan 5 o 6 jovencitas con infecciones causadas por el virus del papiloma humano, el cual es transmitido por la vía sexual.

A ellas, según el médico encargado, el ginecólogo Arturo Fuentes Valdivieso por su corta edad no se les puede practicar una electrocirugía pero sí se les exhorta a protegerse con el uso del condón en cada acto sexual.

Lorena Sánchez Valdivieso, médica encargada del centro de salud de la Colonia Gustavo Pineda en Juchitán expresó que el Sector Salud únicamente práctica Papanicolao a mujeres mayores de 25 años, sin embargo la demanda de jóvenes ha ido en aumento principalmente en un rango de 23 a 45 años.

Señaló que de forma personal si realiza los estudios a las jóvenes y son ellas las que lo llevan a laboratorios particulares para su análisis patológico.

“El cáncer va en aumento, aunque es importante precisar que los casos detectados son en etapas iniciales por lo que la paciente en un 90 por ciento se cura, los insumos son suficientes para la unidad de salud, aquí no regresamos a ninguna mujer, a todas se les practica el Papanicolaou”, concluyó.

 

Diana Manzo/Corresponsal

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