Protegiendo a los periodistas en México

Qué momento es en el mundo. En este Día Internacional para Poner Fin a la Impunidad de los Crímenes contra Periodistas, hablamos con nuestro ganador del Premio Especial, POPLab en México, sobre por qué es tan importante proteger a los periodistas mientras hacen su trabajo. 

El papel de los periodistas es de vital importancia en cualquier sociedad, tanto para defender las libertades en el caso de aquellas que se enorgullecen de ser democracias como para reclamarlas en aquellas en las que se han perdido. El periodismo contribuye a la difusión de información veraz y a exigir responsabilidades a las personas, pero, sobre todo, contribuye al derecho de las personas a saber y, a su vez, fortalece su voluntad de participar.

En nuestros tiempos, el periodismo enfrenta muchos desafíos: polarización, noticias falsas y una creciente desconfianza de las audiencias, por nombrar algunos. Y como resultado, los periodistas enfrentan muchos tipos de amenazas. Agresiones físicas , acoso en redes sociales, campañas de desprestigio, acoso legal y coacción. A veces, la amenaza proviene de autoridades oficiales, lo que hace aún más difícil contrarrestarlas. 

La situación de México en este contexto es motivo de preocupación. Conocido ampliamente como uno de los lugares más peligrosos del mundo para ser periodista, 162 periodistas han sido asesinados desde el año 2000, con una tasa de impunidad de casi el 100 por ciento. También es la región con el mayor número de reporteros desaparecidos a nivel global: 28 en 20 años, sin mencionar los periodistas desplazados obligados a abandonar sus hogares debido a los riesgos asociados con su trabajo en sus comunidades.

Un altar en honor a los periodistas asesinados en México. Foto de Kennia Velázquez

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, a menudo señala a periodistas que considera “enemigos” de su movimiento o “mercenarios” durante sus conferencias de prensa diarias, lo que significa que los seguidores de funcionarios públicos como este perciben que la prensa trabaja para intereses oscuros para desacreditar a su líder .

Las mujeres periodistas sufren especialmente estigmatización, acoso, amenazas y violencia física. Desde 2018 a la fecha se han registrado 1547 agresiones contra mujeres periodistas, 20 feminicidios y más de 600 casos de violencia institucional. La forma de agresión más común suele ser el acoso digital, del que yo mismo he sido víctima. Las mujeres periodistas son cosificadas, con comentarios sobre sus cuerpos y su sexualidad, para desacreditar su trabajo.

Sin embargo, me alienta el hecho de que, a pesar de estos desafíos, han surgido medios de comunicación independientes en muchas partes del país, que desempeñan un papel fundamental en la exposición de la corrupción, la promoción de los derechos humanos y la defensa de la libertad de expresión al exponer la corrupción gubernamental y corporativa, el crimen organizado y violencia y otras cuestiones sociales y ambientales.

En el Laboratorio de Periodismo y Opinión Pública – POPLab – el medio de comunicación que cofundé con otros colegas en Guanajuato, uno de los estados más violentos de México, hemos adoptado el derecho de la audiencia a saber como principio rector de nuestro trabajo. A seguir contando las historias que los poderosos no quieren que se cuenten. 

Nuestra mejor arma es ejercer esta profesión con rigor, con una perspectiva de derechos humanos y una defensa estratégica pero firme de la independencia editorial. Como organizaciones, debe ser nuestra prioridad brindar a los periodistas el apoyo que necesitan para ejercer esta profesión sin miedo pero con seguridad. Sólo cuando se permita al periodismo y a los periodistas prosperar en un entorno como este podremos fortalecer la incipiente democracia de México para garantizar una sociedad más justa y libre. Y sólo por eso vale la pena continuar la lucha con lápiz y papel.

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