Impulsan la lectura como resiliencia para niños y jóvenes después del terremoto

#Tehuantepec 20 Julio (#Istmopress).- “Ando leyendo, leyendo ando” es el programa de lectura a través de una biblioteca móvil que la fundación Harp Helú impulsa en la región del Istmo de Tehuantepec a raíz de los sismos del 7 y 23 de septiembre como resiliencia personal y social.

En el mes de noviembre arribaron a la región del Istmo los primeros libros a bordo de una camioneta y así comenzó la aventura de leer a través de promotores de la lectura comunitarios, actualmente más de 18 mil niños y jóvenes se han convertido en los nuevos lectores.

El acervo bibliográfico que ofrece la Biblioteca móvil es inmenso, hay textos desde novelas hasta didácticos, donde los niños y jóvenes se deleitan sin que nadie los presione del tiempo, en áreas libres y seguras, pues el horario es de 8 horas al día.

“Es la segunda vez que leo un libro de los que trae esta fundación, han ido a mi escuela y ahora llegaron al barrio Guichivere en Tehuantepec donde además de permitirnos leer los cuentos, también nos narran y eso es bonito, porque nos envuelven en los textos sin saberlo”, dijo Marcos Cruz Ramírez, de 11 años de edad.

Se han visitado 18 localidades donde los sismos dañaron con la finalidad de hacer una reconstrucción del alma a través de la lectura, y no solo física con la construcción de viviendas.

“El año pasado en el mes de noviembre llegamos al Istmo pensando en como ayudar y decidimos que fuera a través de la lectura y desde entonces visitamos pueblos y ciudades, también escuelas y espacios públicos, esta biblioteca móvil ha sido un motivo importante para que los niños volteen a ver la lectura como un pasatiempo favorito”, señaló, Edgar Olmedo Méndez, promotor de la lectura de la biblioteca móvil “Ando leyendo, leyendo ando”.

Este programa recorre durante tres semanas consecutivas los pueblos, permanece en un espacio durante 8 horas, en los cuales también los padres de familia se relacionan con los textos y terminan contándole cuentos a sus hijos.

Los promotores de lectura, además de sugerir los textos, realizan dinámicas con los niños y jóvenes, además de fungir como cuentacuentos también realizan la retroalimentación a través de la comprensión lectora.

“Se decidió que el programa lector sea permanente y eso nos motiva mucho, porque los niños y jóvenes al ver la camioneta y descender los libros se ponen contentos, nos esperan con los brazos abiertos, nosotros somos gracias a ellos, sin niños y sin lectores no habría libros”, concluyó.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

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