Sembrado Sendero: Instalación artística de Emily C-D / Víctor Fuentes

Un río de apariencia apacible. Abajo es un hilo de agua que se extiende a lo largo de la ribera. Cada año este montículo de tierra se llena de arbustos, muchos medicinales y otras flores silvestres que anuncia la llagada de los días de los difuntos.    

Estas flores amarillas familia de los girasoles y cempasúchil alegran la vista, en contraste con los sitios donde la gente se ha acostumbrado a deshacerse de los desechos que, retira de su hogar, aun con el proyecto de recuperación que lleva 13 años de constantes acciones en pro de su salvaguarda.

Con la llegada de los escombros, retiradas de todas las casas antiguas de Unión Hidalgo, encontró sitio sobre la ribera, y parte de éstos fueron a dar directo al montículo que divide el río y el área verde lugar de los arbustos y girasoles silvestres.

En este mismo lugar entre el puente Zapotal y el árbol de pochote, la artista Emily C-D, Originaria de Maryland, Estados Unidos, y ocho años viviendo en México. Encontró una oportunidad de instalar un sendero. Que conecte la vida derruida y el caudal.

Después de varios días consecutivos de escardar, preparar el terreno y serpentear el camino utilizando los mismo ladrillos destruidos, vueltos basura, vueltos escombros. Esos escombros celebran una potencia inesperada del desorden al camino del arte, ofrece infinitas posibilidades.

Es admirable cómo la artista se empeña en demostrarnos que todo es posible, aun recuperable. Que no hace falta pinceles, ni colores, que con pocos (para no decir nulos) recursos, es el tiempo mismo transcurrido para apreciar y convivir con el entono. Que lo vuelve sublime e importante.

Reconstruir desde lo inhóspito, crea un lenguaje conectado con la naturaleza, va más allá de reencausar la vida echa caos. Es una propuesta que la vuelve imperiosa, somos fragmentos y debemos (podemos) ser recompuestos parece nombrar la artista.

Al final del sendero plantó un pochote, árbol generoso entre los mesoamericanos sobre todo la cultura maya y zapoteca. De tal manera, este lenguaje arbóreo privilegia la resignificación de estos elementos que fueron disueltos por el sismo.

Esta intervención que ocupa parte de la ribera como escenario, transmite sosiego, relajación. Después de recorrerlo encuentra el espectador (actor) el aliento que lo inspiró y que dota la intervención de significado, el agua. El fuego se presentó en un bracero candente, con sahumerio que provocó sentimientos encontrados entre los asistentes a la inauguración, y la propia artista.

No podemos precisar cuánto tiempo durara la instalación artística, pero si podemos considerar que realizarlo y encontrar personas interesadas en comprender las transformaciones, alegra un poco nuestras aferradas esperanzas de seguir construyendo islas de acciones e ideas.

Saber que organizadores y la artista todavía podemos con las propuestas, sorprender y convencer a las personas de la enorme importancia que tiene preservar vivo este caudal denominado río Espíritu Santo.

 

Víctor Fuentes

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