Cinco músicos de Unión / Víctor Fuentes

Cinco niños de entre 8 y 12 años de edad. Marchan, mientras percuten botes de 19 litros de esos que sirven para pintura o aceite, es una batucada, dicen los que los oyen, uno de ellos lleva una tarola, y un cencerro integrado sobre ella, otro de los cinco soplaba un pedazo de manguera negra, a la que le agregó un embudo, solo le hizo un corte al cuello de una botella PET, y además, le agregó una boquilla. Este instrumento puede ser una trompeta aunque parece una trompa, o tuba por lo menos elaborado.

Los cinco es una fusión de los 15 niños que iniciaron, “Siempre nos dejaban a un lado, o no nos dejaban tocar”, comentó uno de ellos, “Pues mejor nos unimos y ahora ya somos nada más, los cinco” comentó el mayor de todos.

La noche del 27 de octubre del año 2016, soplaba algo de viento, se sentía fresca la noche, y ellos decidieron salir de su domicilio, y andar sobre la calle Emiliano Zapata, sin punto fijo, solo tocar y divertirse, los amigos que estaban en la Galería Gubidxa, los vieron pasar y no pudieron resistirse a llamarlos.

Bastó un chiflido y ellos se aproximaron, sin más palabras, ni presentación alguna, ejecutaron dos piezas, una mezcla de regué y cumbia, y mucho ritmo, de vez en vez el niño de la manguera, tomaba una parte solo, haciendo gala de su dominio en la trompeta.

Al ver el entusiasmo de los escuchas que fueron ampliando el circulo, el mayor y menos penoso nos dijo: “Yo lo tocaba primero, pero me sacaron una muela y se lo dejé a mi amigo”. Al finalizar las dos piezas, todos les aplaudieron, todos los felicitaron, dos o tres sacaron unas monedas para regalarles.

Mientras tocaban los instrumentos fabricados por ellos mismos, un transeúnte expresó un comentario, a propósito de la presencia de un regidor que años atrás fungió como parte del cabildo. Este señor le gritó a la cara con mucha ironía: “Lo que no hace la casa de la cultura ¿No?” el susodicho afirmó con la cabeza.

En efecto, los niños han vivido de cerca con la música, sus familiares son músicos, o alguno de sus vecinos. Han visto batucadas en los desfiles de los políticos, en las regadas de frutas, o en la televisión o en internet, su inspiración nace de ahí. Lejos de las manos de los que debieran promover estos acercamientos.

Hoy antes de terminar este texto, que me motivé a escribir, encontré entre los libros del Rincón, un libro titulado: “Experimentos y hechos científicos” de David Glover. En un apartado denominado “Cómo crear música” les sugieren a los niños que pueden crear sus propios instrumentos y sorpresa, aparece la manguera y al terminar el extremo se le pone un embudo, sin la boquilla que este músico le ha integrado. Me pregunto también si ellos pudieron ver o encontrarse con este libro.

Lo más seguro es que en una tierra de músicos y de muchos tecladistas y con el recuerdo del maestro Pancho Tina, Che Dro, tríos y tantos músicos es muy probable que el gusto por la música sea un aporte de la sociedad. Y eso es interesante, no todo en las fiestas es botana, cervezas o disputas y pleitos.

El libro me sirvió esa misma mañana, una de las maestras de la escuela Emiliano Zapata, ensayaba un coro de niños canciones tradicionales, me acerqué para decirles lo que hallé en el libro, les mostré las páginas donde se localizan los instrumentos que sugieren y les conté brevemente lo que viví la noche de música que ahora les comparto.

Mi entusiasmo es grande, espero que la profesora retome la idea de crear junto con los niños los instrumentos, que muy pronto el coro no solo cante sino ejecuten ritmo y canciones pegajosas, para el deleite de sus oídos y los de toda la escuela primaria.

Por este medio debo felicitar a sus padres que los dejan ser, y hacer lo que más les gusta, estos momentos de iniciativa, nos hace falta a todos, sobre todo a los niños tan entusiastas pero también tan vulnerables y susceptibles de actos violentos. Estos cinco niños sin duda nos brindan la oportunidad de mantener viva la esperanza y los sueños de un camino distinto, es siempre posible.

Víctor Fuentes

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  • enero 13, 2017 en 1:42 pm
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    Es indudable la iniciativa y el amor por la musica que demuestran los niños, hay que conducirlos positivamente en este arte para que no se pierdan en el camino y se conviertan en excelentes musicos

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