Ta Pedro, el ultimo talabartero que sobrevive en Unión Hidalgo

*Lleva más de sesenta años elaborando huaraches tradicionales que conservan la cultura zapoteca

#UniónHidalgo 4 Feb (#Istmopress) – Lleva más de sesenta años elaborando huaraches  tradicionales de cuero, Ta Pedro Valdivieso Orozco es el ultimo talabartero que sobrevive en esta comunidad zapoteca, desde una galera de lamina conserva esta artesanía que aprendió a los 13 años de edad y que ha sido el oficio de su vida.

 

Sin titubear y con una gran precisión toma los pedazos de cuero y realiza los moldes, también corta las llantas  que recicla y usa como suela y comienza a elaborar los huaraches según el gusto de los clientes, algunos le piden de cuero, otros de cinta de algodón y unos más de charol.

 

Los hay para el campo, para las fiestas, para el velorio y para los bailables folklóricos, Ta Pedro es un especialista en elaborar lo que serían los zapatos de los abuelos, porque en esta comunidad la gente mayor usa huaraches como calzado.

 

A veces elabora cinco u ocho piezas e incluso doce pares y otras veces nada, la vida de un artesano es dura pero con mucha satisfacción explica Ta Pedro, quién puede presumir que ha elaborado huaraches para bailarines de la máxima fiesta de los oaxaqueños, La  Guelaguetza.

 

Aunque no tiene un horario fijo para trabajar, regularmente comienza a las 10:00 de la mañana y concluye aproximadamente a las 7:00 de la noche, cortar, pegar y unir los pedazos de cuero o de cinta de tela no es tan fácil como lo realiza, la practica le ha llevado a consolidar su aprendizaje.

 

En sus tiempos de niño un oficio era lo mejor que se podría heredar y Ta Pedro decidió aprender el arte de la talabartería a diferencia de sus hermanos que fueron sastre y albañil.

 

Durante sus  primeros diez años de artesano las vivió en el taller de su maestro Tomás Martínez que con gran amor lo recuerda porque fue quién le dio las herramientas básicas de lo que se convirtió en su principal fuente de ingreso y con el cual sacó adelante a sus hijos como profesionistas.

 

“Antes las personas casi no íbamos a la escuela entonces nuestros padres  nos  obligaban a que aprendiéramos un oficio para poder sobrevivir, por eso yo escogí ser huarachero, me gusta mucho este trabajo por que lo disfruto y ya llevo más de sesenta años de estar haciéndolo”.

 

La vista es lo que más se desgasta además de las manos en este oficio  pero eso no es motivo para que deje de realizarlo, Ta Pedro se siente con mucha fuerza para seguir elaborando estas artesanías que le dan vida a su comunidad.

 

Sus huaraches además de admirarse por clientes locales, también tienen demanda a nivel regional e inclusive estatal, porque su aprendizaje es de antes al igual que sus diseños.

 

La estaca y las   hormas de madera, el martillo, los clavos, el resistol, el cuchillo tipo tranchete, la tenaza, la pinza de lagarto, las hebillas y todo un cumulo de herramientas es lo que Ta Pedro utiliza para elaborar un solo huarache que demora entre 2 a 3 horas.

 

El cuero y las llantas las compra al igual que los otros accesorios pero de ahí, toda la creatividad es lo que plasma y cómo son artesanales ninguno es igual, en los de cuero por ejemplo les diseña grecas a modo que se identifique que son huaraches de origen zapoteca.

 

“Uno le pone de su creatividad, así ha sido a lo largo de estos años, que cuando hago memoria pienso que han sido muchos, más de sesenta años en lo que he elaborado cientos de huaraches de todos los estilos”.

 

De apoyos y subsidios para este tipo de artesanía nada hay pero Ta Pedro insiste en cumplir su sueño,  que es heredar su oficio, su hija Norma aprendió unas cuantas técnicas pero al irse a vivir fuera ya no pudo perfeccionar, sus nietos admiran su trabajo pero aún no deciden sí quieren aprender, por lo que añora que alguien aprenda a elaborar huaraches para que no se pierda esta artesanía.

 

 “Mucha gente le hace el feo a la talabartería por que la piel es muy olorosa pero en mi caso con tantos años ya me acostumbré, así que esperemos alguien llegue un día y decida aprender como yo lo hice a mis 13 años”.

 

Mientras ve pasar los días Ta Pedro sigue trabajando, por las noches una vez que termina recoge todo su equipo y herramientas, al día siguiente vuelve a explorar su taller y comienza de nuevo, así ve pasar sus días y sus noches que le han llevado a cumplir 67 años de Talabartero.

Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress

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