Pueblos del Istmo exigen seguridad después del terremoto

#Juchitán 14 septiembre (#Istmopress).– Caminar por las calles de Juchitán, Xadani, Unión Hidalgo, Ixtaltepec, San Mateo del Mar y otros pueblos del Istmo no ha sido lo mismo desde aquel 7 de septiembre, apenas han pasado seis días que parecen cientos, las calles lucen llenas de piedras, en una cuadra al menos tres casas serán derribadas y otras ya se pulverizaron, las replicas sísmicas son constantes y a cuenta gotas caen los apoyos gubernamentales, ahora la preocupación generalizada es la inseguridad.

Roselia Martínez, Miguel Ángel Espinoza, Mariano Ramos y Alfredo Ruiz Sánchez viven en la octava sección Cheguigo, están vivos, lo perdieron todo y ahora no saben de donde sacan fuerzas para vivir, la nostalgia los invade, padecen de alimentos y ropa ahora también están preocupados por la falta de seguridad y desde el terremoto duermen en la calle.

“Desde el lunes otra preocupación se unió a la que ya tenemos, la inseguridad, en los altavoces nos llaman a que cuidemos las casas, que no las dejemos solas, nos hablan de camionetas con chamacos robando, eso nos preocupa porque estamos indefensos, no nos quedó nada”, dijeron.

La sociedad civil ha rebasado a las autoridades, es la que se ha organizado para creer cocinas comunitarias como el maestro Toledo, dar despensas como jóvenes altruistas y maestros de la sección 22, caminar casa por casa como lo hacen médicos del Instituto Nacional de Perinatología, del Instituto Politécnico Nacional y un sinfín de personas e instituciones privadas que ha dejado sus labores para ayudar a los pueblos.

Asimismo en las calles maquinarias con letreros de las empresas eólicas auxilian a derribar los pequeños muros que quedaron y otras más han entregado apoyos a las familias, todos se han unido.

Un silbato también servido para alertar a las familias, así como las linternas, las usan cuando escuchan correr a personas de un lugar a otro y para advertir del peligro.

“Los apoyos han sido de la sociedad civil, llegan muchos de otros pueblos donde no fueron afectados, también hay grupo de mujeres y hasta la comunidad muxe nos ha ayudado, todos, de los funcionarios es que no vemos, solo vienen a tomarse la foto y se van, en nuestras casas no las han censado, no sabemos para cuando, dicen que el viernes, pero hasta la fecha seguimos esperándolos”, dijeron.

En las calles circulan patrullas de la policía federal, militares, estatales y municipales, sin embargo las familias viven preocupadas, debido a que la mayoría de los hogares se quedó sin portón y otras porque están abiertas ante el miedo de un nuevo movimiento como el ocurrido el jueves por la noche.

En los altavoces se escuchan como alertan sobre grupos de personas que circulan a toda velocidad, también sobre una camioneta blanca que está llevándose a los niños y otros que entran y se llevan lo poco que dejaron.

“Sí de por si no nos quedó nada, ahora es la preocupación por la inseguridad, mi casa se quedó sin portón, todo se perdió, mis cosas están en el patio, nosotros dormimos en la calle, no hay de otra”, expresó Sofía Sánchez Cruz.

Sofía se salvó del sismo, le tocó en pleno camino a Juchitán cuando volvía de la Ciudad de México, pero al llegar observó como su único patrimonio, que es su casa estaba destrozada, sacó sus pertenencias y desde entonces espera la llegada de los funcionarios para que “marquen” en su única pared que se salvó, su casa será pulverizada.

“Duele pues, todo duele, lo material también, con tanto esfuerzo mis padres hicieron esta casa y ahora todo se perdió, lo poco que me quedó no quiero que se lo lleven, por eso pedimos que haya más patrullaje, sí de por si en la séptima nos dicen que somos bravos, pero es necesario seguridad”.

Entre vecinos se han organizado, por las noches colocan troncos, piedras e incluso automóviles todos dañados para evitar que circulen, sin embargo aún así, los vecinos escuchan persecuciones, detonaciones de arma de fuego y gritos.

“Quién sabe cuantos kilos ya bajamos, la gente está muy nerviosa y ansiosa, dormimos pocas horas, se ha vuelto difícil todo, desde los apoyos que llegan de no se donde pero aquí están, nos dan desde tamales hasta atole, otros despensas y ropa, la gente civil ha sido muy generosa”.

En Xadani, Gloria Pérez Sánchez reclamó a las autoridades la falta de seguridad, aseguró que toda su familia se duerme afuera para cuidar sus pocas pertenencias que le quedaron, pero alrededor de la 1:00 de la mañana empiezan a querer abrir las puertas o entrar.

“No sé por que tantos policías en Xadani, pero no están patrullando para el pueblo, porque se quedan en el palacio, eso no queremos nosotros, nosotros queremos que nos cuiden, y si no pues que se vayan, de verdad que eso molesta y estamos desesperados”, dijo Gloria.

El ejercito de día ronda las calles al igual que la policía federal, en los callejones difícilmente ingresan, principalmente en la séptima y octava sección donde las familias se autocuidan pero aseguran no es suficiente.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

 

sdr
sdr

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *