Palmeros, los hombres que protegen una reserva comunal en Oaxaca

*Son  829 hectáreas de terreno donde se cosecha la palma que usan tejedores de la mixteca oaxaqueña y poblana

 *El palmar ha sido amenazado por la deforestación, quema clandestina y eólicas 

#UniónHidalgo, Oax. 2 Jun (#Istmopress) – La deforestación, el cambio climático, la quema clandestina y hasta la presencia de turbinas eólicas en la parte norte de la localidad zapoteca de Unión Hidalgo en el Istmo de Tehuantepec, mantiene amenazada  la zona del “palmar” que también se conoce como “Zila Gaayu’ (cinco palmas),  una reserva comunal de 829 hectáreas donde hombres llamados “palmeros” han sobrevivido  desde hace más de medio siglo con el corte, secado y venta de este recurso natural.

 

Antes de que el sol despierte ,  Laureano Toledo López a quién los palmeros conocen como “El palmerito” , uno de los principales defensores y cuidadores de este espacio natural; toma su motocicleta, su machete y su morral y recorre parte de esta reserva, así lo ha hecho desde hace más de 40 años por herencia de su abuelo y su padre con el único fin de conservarlo.

 

El palmerito ama esta tierra porque le ha dado de comer y también para mantener a su familia, pero también está preocupado porque el palmar está viviendo una amenaza latente por la llegada de dos proyectos eólicos,  y  por la quema clandestina que ha provocado una gran deforestación, que no ha sido atendida por ninguna autoridad ambiental.

 

El palmar ha dejado de producir las enormes cantidades de palma campechana y real  que es la que se cultiva en esta zona debido a la quema clandestina y la sequia provocada por el cambio climático, aunado a que tampoco los palmeros   están incluidos en algún tipo de fideicomiso de parte de la federación o de algún programa de la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural (Seder).

 

De acuerdo a un mapa elaborado por el Comisariado de Bienes Comunales de Unión Hidalgo, El Palmar lo marcan dentro del polígono donde se proyectan los desarrollos eólicos Piedra Larga de Desarrollos Eólicos Mexicanos de Oaxaca 1 (Demex), en donde están instalados 152 aerogeneradores, así como su expansión Piedras Largas II, comparte la zona de El Palmar el proyecto Eólica Unión, aunque éste aún no tiene permiso de construcción, sí tiene apartados.

 

Laureano Toledo señala que la  producción del palmar  ha disminuido desde la construcción de aerogeneradores, ya que utilizan cemento, bloqueando las venas acuíferas que alimentan la zona del palmar.

 

 

En el  “Barrio de los palmeros” ubicado en la zona oriente de la población de  Unión Hidalgo, conservan aún la tradición del corte, rajado, secado y venta de la palma, otros más han dejado de hacerlo y prefieren emigrar.

 

“Ahora llegamos apenas  a 15 millares de palma al mes, es decir, 30 toneladas. Actualmente, apenas y llegan a 15 millares de palma al mes, ni siquiera la mitad, cantidad que hacen rendir las 40 familias que viven de ella”, dijo el Palmerito.

 

Los palmeros han usufructuado la palma para sobrevivir,  la venden con los tejedores de la mixteca oaxaqueña y poblana, pero también con los suyos, en esta comunidad, las mujeres tejen cintas de palma que venden para la elaboración de diversos artículos como sombreros, abanicos, tapetes y manteles.

 

“Nos han dejado solos, anteriormente teníamos el Fideicomiso de la Palma, el llamado “Fidepal” pero desapareció, ahora nadie se acuerda que existimos, pero para seguir preservando hacemos bancos de semillas y en temporada de lluvia vamos y las depositamos en las tierras, así hemos cuidado este espacio natural, el palmar que nos ha dado todo y que nos sigue dando para sobrevivir”.

 

 

Mariano Vásquez Alonso es también palmero,  tiene más de 60 años que vive de esta actividad económica,  es uno de los pioneros, ha heredado este oficio a sus hijos y también a sus nietos.

 

Tiene  77 años de edad  y sus manos aún siguen fuertes, ya no realiza el corte de la palma, son sus hijos los que han continuado este legado sin embargo las raja con delicadeza y armonía, porque dice que   “una palma debe tratarse con cuidado para que se seque bien”.

 

Resistir y no permitir la instalación de proyectos eólicos es una de sus mayores ocupaciones, lamenta que para las autoridades y actualmente los jóvenes no importa el amor a la tierra.

 

“Parece que a propósito nos queman el palmar y destruyen varias hectáreas, pero lo que estamos seguros es  que no nos vamos a dejar, vamos a defender incluso con la vida estas tierras que son de todos los que vivimos en este pueblo”.

 

Además de los palmeros, a esta zona también llegan habitantes de otras comunidades, algunos usan la palma para realizar techos, otros para cubrir sus parcelas, esta zona se comparte sin distinción alguna y el único requisito que se pide es su conservación.

 Diana Manzo / Agencia de Noticias IstmoPress
 
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