Olvida gobierno apoyo para panaderas de Unión Hidalgo, se reactivan por sí solas

#UniónHidalgo 28 octubre (#Istmopress).- María Betanzos y las hermanas Toledo López (Angelita, Victoria, Sofía y Celia) desde hace más de 20 años realizan el pan tradicional del pueblo zapoteca de Unión Hidalgo, el terremoto del 7 de septiembre dañó sus hornos tradicionales de ladrillo y adobe, ninguna recibió el apoyo que otorgó la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), solas y por cuenta propia reactivaron su espacio de trabajo y han comenzado con sus vendimias.

María reconstruyó con 15 mil pesos su horno de pan, ahora solo le falta otros 10 mil para rehabilitar su cocina, le da miedo que se le caigan los troncos en la cabeza o alguna tejavana pero aún así elabora más de 300 piezas diariamente; Sofía Toledo López también ha invertido más de 10 mil en arreglar su cocina y su horno.

Después de un mes del terremoto fue cuando las panaderas reactivaron sus ventas , como pudieron juntaron sus ahorros para comprar su materia prima que es Harina, Azúcar, Manteca, Aceite y Huevo.

Las hermanas Toledo López elaboran el pan tradicional por herencia de su madre Julieta López, todas son damnificadas, dos de ellas perdieron sus viviendas y sus hornos y otras solo el horno de pan.

En esta comunidad existen unas 50 mujeres que se dedican a la elaboración del pan tradicional, algunas hacen panes dulces y otras salados como el pan blanco, a todas el horno se les colapsó y ninguna se ha beneficiado con el apoyo que otorgó la CDI.

Celia Toledo además de perder su vivienda también perdió su horno, sin embargo el de su mamá que no se utilizaba por años fue el único que resistió al terremoto, y ahora allí es donde ella y su hermana Angelita hornean sus panes.

A las hermanas Toledo López y María Betanzos las visitaron funcionarios de la CDI desde el mes de septiembre, les colectaron sus datos y entregaron copias de documentos oficiales sin embargo no han recibido nada.

En esta localidad hace aproximadamente tres semanas se entregaron los apoyos para hornos de comixcal a mujeres y hombres, pero ninguno le benefició a las panaderas.

“Ninguna de nosotras, bueno al menos las panaderas que nos conocemos recibió el apoyo del gobierno, hemos preguntado a muchas y nos dicen que si salieron los beneficiarios pero a ninguna nos entregaron el apoyo, mientras tanto seguimos trabajando, la familia y nosotras tenemos que comer”, señalaron.

Sofía reactivó su horno y ahí mismo hornea también Victoria, a ella se le quebró con el fuerte sismo y no ha podido rehabilitarlo.
A las 6:00 de la mañana comienza la elaboración del pan, mientras Sofía prepara la masa, su hermana Victoria le prende la leña al horno, terminan entre las 3:00 y 4:00 de la tarde y de inmediato se van a vender las piezas al mercado público municipal.

“Nos hemos reactivado para seguir vendiendo nuestro producto, por fortuna hemos tenido venta, la gente está comprando y eso nos motiva, nos sentimos contentas de volver a reiniciar, por un mes no hicimos nada, prácticamente al caer el horno nos cortaron los brazos, pero ya estamos de vuelta”, expresaron.

Por su parte María Betanzos, sola y con sus pocos ahorros rehabilitó su horno, le salió 15 mil pesos hacerlo, ahora lo que le falta es reconstruir su cocina donde se ubica el horno, le gotea con la lluvia y le cae el polvo por los fuertes vientos.

A diario realiza entre 200 y 300 piezas de pan, y con la época de muertos que comienza el 30 y 31 de octubre aumentará aún más.

Los pedidos ya no son como antes del terremoto, han disminuido aseguró María pero celebra que la gente siga consumiendo el pan casero que aún elaboran.

“Estamos contentas, aunque sea con poco pero estamos vendiendo, ya tengo pedidos para el día de muertos, no son muchas, porque la gente se quedó sin casa, son pocas las que celebraran este día con un altar o con un retablo (biguie’)”.

Las panaderas no pierden la esperanza de que el apoyo de la CDI aterrice en sus manos, ven como en otros municipios las mujeres lo han recibido, mientras tanto siguen trabajando a diario no dejan de elaborar el pan, que es una herencia que aprendieron de sus madres y abuelas.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

 

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