Mino, el muxe que cura los males del alma desde los 15 años

 

  Heredó de su mamá Na Teodora  saberes ancestrales que ha

practicado desde hace 4 décadas

  Mino es  muxe, indígena  y de escasos recursos

 #UniónHidalgo 16 Oct (#istmopress) – El olor a albahaca, mezcal y eucalipto  se percibe profundamente en el pequeño cuarto de paredes y techo de lamina que Miguel Gómez Cruz

“Mino” construyó para vivir y también para curar el alma de las personas, es curandero  tradicional por herencia de su madre  Na Teodora desde hace 40 años.

 Mino es muxe, es indígena zapoteca y de escasos recursos , su única fuente de ingreso es lo que percibe de curar a las personas, y de los antojitos tradicionales que ofrece casa por casa de su natal Unión Hidalgo.

 “Mino Muxe” como es conocido,  unta sus manos de ungüento y las frota sobre el cuerpo del paciente, posteriormente toma las ramas verdes  de albahaca y las baña de mezcal para luego sacudirlas en el cuerpo de las personas, aquellas que vienen con tristeza, soledad, miedo, depresión y hasta males del corazón, a eso  lo llama “santiguarse”, no hay diferencia si son hombres o mujeres, su única misión es curarlas.

La palabra santiguar es antigua y significa hacer  la señal de la cruz sobre una persona o sobre uno mismo ante una imagen o un símbolo sagrado, o como señal de protección, Mino ocupa las ramas verdes se invoca a su imagen religiosa y se lo pasa en el rosto y cuerpo de la persona enferma.

 Mino es curandero y no brujo como muchos luego lo llaman, él con las ramas verdes de la albahaca, un huevo de gallina o pato,  y unas cuantas gotas de mezcal y pomada de manzana frota sus manos y comienza a darle masaje a las piernas y brazos.

 Su única intención es dejar descansado el alma de preocupaciones y aflicciones para que pueda vivir en paz en esta tierra.

 Y para que el cuerpo este completamente libre de males, Miguel Gómez recomienda el acudir tres sesiones , por que solo así se liberan las almas.

“Llegan pacientes de todas las edades y de los pueblos vecinos a Unión Hidalgo, aquí curamos del susto, también de tristezas y soledad, yo sugiero que sean tres sesiones para que la gente sane, primero se  soban y después se santiguan, se van a su casa relajados”.

 

Una trenza de su pelo negro y su cuerpo robusto lo distingue al caminar,  recuerda que apenas tenía 10 años cuando su madre le enseñó de este oficio tradicional y del cual heredó con mucha pasión.

 También a esta edad, de los 10 años, Mino descubrió que era Muxe y desde entonces viste con enagua, huipil, blusas y faldas, no le molesta si se refieren a su persona como ella o él.

 Algunos de sus pacientes prefieren recibirlo en sus viviendas particulares , él acude con mucho gusto y otros mejor lo visitan en la suya, que aunque es pequeña la cura del alma es lo mismo.

 Este oficio no le deja mucho dinero a Mino, pero sí muchas satisfacciones, él vive de eso, de los agradecimientos que la gente le da cada vez que le dice que se ha curado o que ya no se siente mal.

 “No tengo dinero pero he ganado muchos amigos,  hombres y mujeres, este oficio me gusta mucho porque mi mamá  me lo enseñó y es la mejor herencia que pudo dejarme”.

Miguel Gómez Cruz vive en una colonia de reciente creación, el espacio que ocupa le fue donado por un amigo porque anteriormente rentaba, ahí construyó un cuarto con techo y paredes de lamina, su piso es de  tierra, no tiene luz y tampoco agua potable, son los vecinos quienes le comparten de estos servicios.

 Mino se dice discreto, que aunque se viste de mujer no le falta el respeto a nadie, disfruta ser muxe, le gusta las fiestas y le gusta convivir con sus amigos que siempre lo visitan en su pequeño refugio que aunque no tiene lujos goza de buena vibra.

Diana Manzo / Agencia de Noticias Istmopress

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