La vida en el Istmo está en refugios comunitarios

#Juchitán 24 septiembre (#istmopress).- La fuerte sacudida de 6.4 grados del sábado 24 de septiembre por segunda vez  ha puesto a temblar de  miedo a las familias de la región del Istmo, nuevamente la incertidumbre se apodera de sus mentes, y en su corazón palpita la desolación y la tristeza, las familias ahora  han tomado las calles para vivir y han creado sus refugios comunitarios.

No hay una sola  cuadra donde las familias no se reúnan, han montado sus  refugios en las calles y banquetas, en esta emergencia que  vive el Istmo de  Tehuantepec no hay clases sociales, todos sin excepción alguna han privilegiado la seguridad de su familia en las afueras de sus viviendas.

Además de las replicas, las familias que viven en las calles también han padecido de la lluvia y la falta de apoyo con lonas y lámparas de sus autoridades, quienes tampoco les han dado alimentos, al contrario entre  vecinos se han solidarizado y cocinan en fogones sus comidas.

Al igual en diversos espacios públicos como parques, unidades  deportivas, salones de fiestas y hasta auto lavados están sirviendo como refugios donde es la sociedad civil la  que está abasteciendo de víveres y las mujeres se organizan para hacer los alimentos.

La gente ya no espera a las autoridades, se ha organizado sola con lo que otras personas se solidarizan, en las cuadras preparan comida para todos los vecinos  y entre todos se dan ánimos, mientras comen platican sobre el sismo, si continuará más, nadie sabe, la incertidumbre es la   que priva.

Martha Campos Landeros   es originaria de la primera sección de Juchitán, su casa es de concreto pero está agrietada, y para no arriesgar a su familia junto con otra vecina  Bertha López montaron un refugio comunitario en el monumento a los Héroes del 5 de septiembre, en donde se ha vuelto su hogar desde el sábado cuando la tierra retumbó y se movió por segunda vez.

Toma con firmeza los mecates y los sostiene de un lado de las lonas, lo coloca fuertemente para que no se caiga, unos hombres la ayudan, son sus vecinos, pues ella y su vecina decidieron vivir fuera de su casa, el temor un nuevo temblor.

Es madre de tres hijos, y en su primera noche debajo de su refugio colocó sillones y una colchoneta, de sus autoridades no ha recibido nada, los apoyos como agua y viveres han sido de la sociedad civil, quienes también por la noche le llevan pan y café.

En el refugio que montó Martha, también se le ha unido Bertha López, su hija y su nieta, quienes sin importar las condiciones de comodidad lo han elegido como su vivienda.

“Ayer pasó un funcionario y se acercó a darnos dos lonas en plena lluvia, por que estábamos mojándonos , y nos prometió colchonetas, pero ya no regresó, de los víveres es la gente que viene de otro lugar la que nos da agua y algunas cosas enlatadas, de la presidenta municipal no sabemos nada desde el 7 de septiembre, creo el temblor la guardó porque aquí no ha pasado”, expresó Martha.

Bertha toma un reboso y abraza a su nieta, la envuelve y la coloca junto a ella, está temerosa y asustada, tiene la presión arterial alta, no ha podido ir a un médico porque tiene miedo de lo que suceda, sin embargo entre sus vecinos le dan fuerza para seguir adelante.

“No sabemos que sucederá, la fuerza de la tierra es fuerte, pero no nos queda de otra que seguir, entre todos nos damos ánimos, nos abrazamos y gritamos cada que tiembla, es un sentimiento inexplicable, en cada calle hay una carpa con una familia sentada, cuando tiembla parecen ecos los gritos, algunos lloran y otros corren, realmente no se que sucederá”, explica.

En las secciones y colonias de Juchitán hasta el ultimo rincón las familias han montado sus carpas, algunas con lonas prestadas otras con trapos para que no les de el sol, temen lo peor, porque en las redes sociales leen como habrá un terremoto mayor, no se sabe, ellas están a la expectativa.

“No hubo de otra que salir a las calles y montar nuestro refugio, este fuerte sismo nos volvió a causar alerta, estamos alterados con tantas réplicas, durante todo el día se han sentido, los hay de gran intensidad y otros que apenas sentimos, pareciera que andamos mareados”, expresó.

Las dos mujeres se abrazan fuertemente sin ser familia se han unido en solidaridad ante la tragedia que vive su gente y otros municipios del Istmo de Tehuantepec, los días pasan lentos aseguran, saben que algún día pasará todo, no saben cuando, mientras tanto seguirán durmiendo en la calle, en el monumento a los héroes 5 de septiembre de Juchitán.

Diana Manzo / Agencia de Noticias Istmopress

 

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