Héctor hace música prehispánica y la conserva a través de instrumentos que elabora

#Juchitán 22 nov (#Istmopress) .- La música se ha convertido más allá de un pasatiempo en el vivir diario de Héctor Sánchez Santiago, músico de origen zapoteca que lleva más de tres décadas preservando los tonos prehispánicos de esta cultura indígena a través de instrumentos musicales que él mismo elabora, es el único en el Istmo de Tehuantepec que realiza ambas cosas y también ha compartido sus saberes con más de 3 mil niños en el Istmo de Tehuantepec.

El contacto de Héctor con la música fue a través de visitar a los abuelos músicos quienes le guiaron en su aprendizaje, con una flauta de plástico recorría las casas de la séptima sección en Juchitán y escuchaba todo lo que podía para que más tarde lo reprodujera en su hogar.

Héctor es humilde y de carácter serio, se caracteriza por ser trabajador y nunca estar quiero, nunca tuvo un maestro de música que le enseñará las notas musicales, aprendió de los abuelos en la práctica y desde entonces no deja un solo día de tocar los diversos temas que aún conserva en su mente.

A los 12 años en uno de sus recorridos llegó a casa de Isidro López Lena y de quién heredó mucho aprendizaje y fue quién le obsequió su primera flauta de carrizo.

Con la flauta de carrizo, Héctor se quería comer el mundo, caminaba largas horas en el día para conocer a otros músicos que le enseñaran las canciones y al mismo tiempo a relacionarse con la gente, a los 18 años de edad fue su primer encuentro con las niñas y niños a quienes desde entonces no ha dejado de enseñarles.

Hace 24 años formó su primera agrupación musical “Guidxi Guie’” con el cual recorrió diversos lugares culturales en donde presentó temas y canciones con instrumentos de viento que sin pronunciar palabras lograba que la música causará ritmo que hacían bailar a todo espectador.

La facilidad con la que aprende a tocar es impresionante, mueve sus manos en cada orificio de la flauta mientras que con su boca emite los sonidos que el viento recrea.

Sin tomar clases, tampoco cursos y con solo mirar decidió elaborar sus instrumentos, comenzó a pulir la madera, compró cuero de chivo o caprinos además de cuerdas de algodón y construyó su primera tambora.

Recordó que cierto día lo visitaron los cantantes Heber Rasgado y Julio Montés quienes se quedaron admirados por su gran talento y profesionalismo para dominar cada uno de los instrumentos elaborados de forma rudimentaria que van , desde la tambora grande y chica, el caparazón de la tortuga con cuernos de venado y la flauta.

Héctor tiene medio siglo de vida, tiene dos hijos, una hija y un pequeño de nombre Abraham Sánchez Valdivieso a quién ahora le ha inculcado la herencia de la música prehispánica, no sabe si seguirá sus pasos sin embargo disfrutan hacer música.

La vida de Héctor es enseñar y elaborar instrumentos, a muy temprana hora se levanta y comienza a limpiar la madera, es un tronco muy especial que es ligero y de fácil tratamiento, agarra sus instrumentos de carpintería y comienza a construir cada uno, alrededor de dos días demora en concluir un tambor.

El caparazón de la tortuga y los cuernos de venado los consigue a través de amigos y conocidos, el sonido peculiar de cada uno es impresionante porque a cada tema musical le da un toque especial sin perder la esencia.

La flauta es el instrumento prehispánico que más fácilmente hace, en una hora elabora cinco y las va a acumulando para obsequiar el primer día de clases a cada alumnos de su taller de música prehispánica.

Además de impartir clases en el DIF municipal de Juchitán desde hace muchos años , también tiene un taller particular en su casa totalmente gratis, las niñas y niños acuden los domingos, cantan diversos temas y también aprender a convivir.

En cada una de las presentaciones, los músicos y Héctor visten con ropa de manta, huaraches y sombreros, cada uno de los integrantes toma su instrumento y al son de una señal comienzan a tocar diversos temas, nadie canta, es puro ritmo pero que hacen ambiente y ponen a bailar a cualquiera.

A lo largo de estos 30 años compartiendo sus saberes, ha recorrido infinidad de localidades de norte a sur y de oriente a poniente del Istmo de Tehuantepec como instructor de música prehispánica, en donde llega conforma un grupo musical, es decir lleva 30 grupos a quienes les ha enseñado diversos temas musicales.

Héctor no sueña con volverse rico, nunca ha sido su prioridad, su pasión es la música y rescatar las notas de sus ancestros, a diario practica y los elabora, ser músico asegura es vivir con armonía y paz.

Entre sus agrupaciones que ha creado está en Canto de la nutria y Gugu Huinni que hasta ahorita conserva y que anualmente participan en el Festival del Río.

La música prehispánica que Héctor ha rescatado y creado se conservan en varios materiales discográficos los cuales comparte con sus visitantes y con aquellos que deseen guardar un recuerdo de la música tradicional de este pueblo indígena zapoteca.

Héctor también sueña que cuando muera sus instrumentos sigan elaborándose, que la música siga siendo historia y que su flauta no se detenga para emitir sonidos y hacer música.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias IstmoPress

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Video: Jacciel Morales

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