Fonderas exigen apoyo porque nunca fueron beneficiadas después del terremoto

#Juchitán 02 marzo (#istmopress).- Mujeres que se dedican a la venta de comida tradicional en Juchitán conocidas como “Fonderas” denunciaron que después del terremoto  del 7 de septiembre que afectó su área de vendimia localizada  en la parte baja del  mercado publico 5 de septiembre nunca recibieron apoyos de las autoridades para reconstruir sus espacios de venta. 

Desde hace cuatro meses con sus propios medios y recursos que oscilan entre 10 y 12 mil pesos cada una de ellas construyó refugios provisionales en donde instalaron sus comedores en el parque central “Heliodoro Charis Castro”, sin embargo no ha sido suficiente pues las ventas han caído en más del 50 por ciento. 

Son alrededor de 30 comedores los instalados en el parque, sin embargo las “fonderas” explicaron que desde que ocurrió el terremoto ninguna autoridad tanto municipal, estatal y federal los apoyó, ninguna de ellas recibió el apoyo económico para empresarios  de 10 mil peso que otorgó la federación debido a que no están dadas de alta ante la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP). 

«Nadie se acuerda de nosotras, estamos aquí por la obra de Dios, cada una construyó sus refugios y compró sus platos , vasos y utensilios de cocina debido a que todo se perdió, el gobernador y el presidente Peña cuando visitaron Juchitán nos dijeron que teníamos todo el apoyo, todo quedó en mentiras, porque a casi seis meses no tenemos nada, ahora lo que pedimos es un domo provisional para nuestros clientes, porque el sol, el aire y después las lluvias afectaran», explicó Griselda Martínez, una de las vendedoras. 

Según las autoridades a mediados de este mes comenzará la rehabilitación del mercado municipal 5 de septiembre, y en un plazo de nueve meses, es decir a finales de año nuevamente cada una de las vendedoras se reintegrará a su espacio, por lo que las “fonderas” solicitan la ayuda de un domo cuanto antes. 

Las mujeres que también son damnificadas porque perdieron sus viviendas señalaron que las ventas cada vez son menos porque muchos clientes por la lejanía en que se encuentran difícilmente arriban al lugar y otros simplemente desconocen. 

“La venta apenas sale para lo que invertimos, de ganancias no hemos visto nada, sin embargo no tenemos otro oficio, nos dedicamos a vender comida y aquí seguimos, lo que deseamos es que nos ayuden a construir un domo del material que gusten pero que resista las lluvias porque  ahora ese es nuestro temor que nos mojemos y que las ventas caigan en su totalidad”. 

En cada uno de los refugios  de comida, las sillas se ven vacías, los clientes llegan  esporádicamente, y mientras los esperan, ellas, las vendedoras platican entre sí en espera de que alguien las apoye como alguna vez se los prometieron.

Diana Manzo / Agencia de Noticias Istmopress

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