El jaguar agoniza en el Istmo de Tehuantepec

#Chimalapas 08 dic (#istmopress).- El felino más grande de Latinoamérica que diera nombre a la región istmeña: Tehuantepec, Cerro del jaguar; se niega a sucumbir ante el avance de la mancha urbana, y es en los Chimalapas donde aquel que fuese representante de la divinidad en las culturas antiguas libra su última batalla.

Cuahtémoc Chávez, del Instituto de Ecología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), expuso que de acuerdo a los registros, el jaguar ha desaparecido de la planicie costera del Golfo, Tuxtepec y Choapam, así como en el corazón Istmo de Tehuantepec, donde se ha transformado la selva alta perennifolia y la selva baja caducifolia, en áreas para potreros, agricultura e ingenios azucareros

Sin embargo aún se puede localizar en las áreas montañosas de la Sierra Madre del Sur, Sierra Madre de Oaxaca, Sierra Madre de Chiapas en la región de los Chimalapas, así como en la planicie costera del Pacífico, las cuales aún mantienen selvas y bosques conservados que le ofrecen refugio y disponibilidad de presas.

Indicó que el alto número de registros basados en fotografías de pieles y restos de jaguares cazados han arrojado que existen problemas entre las poblaciones rurales que ven a este felino como una amenaza para el ganado y con ello a su economía, aunado a esto, resulta ser un competidor por presas de caza como pecarías, venados, tejones, armadillos.

De este modo áreas que mantienen bosques o selvas donde se tiene registro de la especie siguen aún sin protección legal, como las selvas,  bosques de la Sierra Madre de Oaxaca y Chiapas, la Sierra Madre del Sur, la Planicie Costera, regiones que además poseen una elevada diversidad biológica, por lo que el jaguar podría ser usado como especie sombrilla para justificar la integración de estas áreas dentro de estrategias de conservación.

Por otra parte, muchas comunidades indígenas han asumido la conservación de los recursos naturales dentro de su territorio como un aspecto histórico e importante, hecho que resalta en los 17 registros que se encuentran dentro o muy cercanos del estado.

Por ello, apuntó que la conservación del jaguar dependerá de la integración de los programas productivos y con aquellos los de conservación, ambos promovidos por instancias Nacionales e Internacionales, ya que en la mayoría de los casos suelen ser contradictorios propiciando el mal uso y aprovechamiento de los recursos naturales, sin un análisis previo de la vocación del suelo y diversidad biológica presente, por otra parte, el desarrollo y promoción de programas de educación ambiental sobre esta especie.

Martín Vargas / Agencia de Noticias Istmopress

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