El Bar Jardín y sus tres décadas en Juchitán 

JUCHITÁN 10 Ago (istmopress) –  Fue a principios de enero de 1985, cuando  Julio Bustillo Cacho (Q.E.P.D.) y Martha Toledo (Cantante zapoteca) emprendieron  juntos una vida amorosa, el destino y la pasión por las artes,  los llevó a conquistar  y fundar  meses más tarde, en el mes de agosto de ese año, un espacio cultural  independiente conjugado con un espacio recreativo al que le bautizaron como “Bar Jardín”.

Esas ganas de seguir conservando sus tradiciones juchitecas y zapotecas con el arte universal convencieron a Edilberto Aragón Ortiz, con quién comenzaron este oasis cultural, gastronómico y cultural al convertirse el socio capitalista durante muchos años, posteriormente  vende sus acciones y ambos se convierten en los únicos dueños de este espacio que en este 2015 celebra sus 30 años de vida.

El Jardín como se conoce a este centro que acoge amigos, artistas, cantantes y literatos, es una casa con alma propia, edificada hace doscientos años, es de adobe con paredes anchas, muros enormes, techo de madera  y piso rustico; además está cubierta de plantas que logran una especie de microclima, simplemente es una manera de vivir orgánicamente.

Julio y Martha adquirieron el inmueble con la “Tía Cira” , hermana del luchador social y revolucionario Efraín R. Gómez, personaje ilustre juchiteco, quién su nombre  lleva la calle que divide a la ciudad  juchiteca del norte con el sur.

El amor de Julio oriundo de Juchitán, amante del arte y la ecología  y  de Martha de Ixtaltepec, cantante de lengua indígena y también apasionada de las artes; logró el nacimiento de su hijo Julio Bustillo Toledo, actualmente heredero de este espacio y  estudiante de actuación.

Durante estas tres décadas, el Jardín ha cobijado a cientos de asistentes, desde juchitecos, istmeños, oaxaqueños, mexicanos y también del mundo entero;  quienes por alguna u otra razón han dejado su esencia en este espacio y han contado numerables anécdotas  en compañía de amigos y familiares.

El Jardín más que un espacio de esparcimiento donde se disfruta la bebida y comida tradicional del pueblo zapoteca, es un sitio comunal, donde los amigos, amigas, esposos y familias enteras conviven con la naturaleza, el arte y sobre todo se sienten como en su casa.

Martha no deja de suspirar en cada momento que narra el gran significado del  Jardín para ella, ¡es como mi primer hijo! , exclama, que te puedo decir, mi corazón esta muy feliz y contento, porque cumplir treinta años no es fácil se requiere y se ha requerido un gran esfuerzo.

Sentada en una de las mesas del Jardín, con su pelo negro  suelto y vestida con su traje de mujer zapoteca (enagua y huipil) que la caracteriza, Martha narra bajo el tono grave de voz que a veces se quebranta y otras veces se emociona, que esta sumamente agradecida con la vida y sobre todo con la gente que ha dado su tiempo y espacio para que se cumplan tres décadas.

Actualmente el Jardín, cobija a 19 personas, entre personal de limpieza, meseros y meseras, barman, cajeras, contadores y el administrador, quienes comienzan jornada a partir de las 12:30 horas de lunes a domingo.

Con un movimiento de manos y sus ojos  negros radiantes,  Martha comparte que en este año, por el festejo del treinta aniversario, decidieron darle un cambio a la imagen publicitaria, en la cual se impuso un nuevo logotipo sin perder la esencia del lugar.

“Aquí hemos compartido con muchos artistas que han dejado un cachito de su corazón, desde pintores, escritores, historiadores, músicos, fotógrafos, arquitectos, cineastas, actores oriundos de Juchitán y de todo el mundo por mencionar algunos al maestro Lorenzo Carrasco (Arquitecto juchiteco que construyó la embajada de México en Tokio), Macario Matus, Enédino Jiménez, Víctor de la Cruz, Víctor Cata, Natalia Toledo, Irma Pineda Andrés Henestrosa Elena Poniatowska (Escritores), Antonio Turok, Corda y Graciela Iturbide (Fotógrafos),  muchos otros más de igual de importancia a quienes respeto y quiero mucho”, relató.

Martha precisó que el uno de los artistas juchitecos más queridos y que no ha visitado este lugar debido a que tiene más de 30 años de no recorrer su terruño es Francisco Toledo, el pintor zapoteca de talla internacional, a quién admira y respeta.

Narró que a Toledo no ha sido posible tenerlo físicamente en el Jardín, pero sus obras fueron parte de la celebración de los diez años de este recinto;  recordó que en uno de sus cumpleaños decidió obsequiarle comida gastronómica al “maestro Chico Toledo”, desde Armadillo, Iguana, Tamales de elote, queso y crema, pan tradicional, tortillas horneadas, pescado y todo lo que él no había degustado seguramente en muchos años por que no visitaba su natal Juchitán.

***EL FESTEJO

Entusiasmada y con el corazón en la mano, comparte que para la celebración de los 30 años, ella y su hijo decidieron celebrarlo y compartir el pan y la sal con sus visitantes frecuentes, amigos, amigas y familiares del Jardín.

A partir de esta celebración y años posteriores  será  durante la primera semana del mes de agosto donde presenten una semana cultural, aunado Día  Internacional de los Derechos de los pueblos indígenas.

“Estos treinta años son parteaguas, en este 2015 los estamos celebrando con una semana intensa  de arte de todos los géneros, que arrancó el pasado lunes 3 y concluirá el domingo 9 de agosto, inauguramos una exposición colectiva “amigos del Jardín”, posteriormente presentación del libro  “Educación comunal”, música jazz de parte de jóvenes, así como un encuentro de música, poesía, rap y artes visuales emergentes”, describió.

Al igual la música del alma como describen a la interpretación de artistas folklóricos no podría faltar a través de “ungüento para el alma, música y mezcal”, asimismo una charla con arquitectos y amantes de la arquitectura que compartieron sus saberes a través de los recuerdos del jardín, sin olvidarse del rock clásico de los años sesenta y setenta  y concluir con “pachanga juchiteca” como fiesta de aniversario.

Para Martha Toledo no hay mejor forma de festejar que compartiendo sus logros, por eso precisa que estos 30 años buscará traer el arte al Jardín bajo el lema “Que el mundo venga mi gente”, en donde compartirá música de otras latitudes para el deleite de sus amigos y asistentes.

“En el Jardín buscamos darle la importancia al ser humano, es nuestra prioridad, por eso estamos instituyendo un fondo para que nuestros trabajadores puedan obtener beneficios sin pagar intereses, aunado a sus prestaciones de ley,  es necesario compartir las riquezas, para contribuir a una cultura de paz, hagámoslo desde nuestras trincheras, cada uno ponga el granito de arena y podremos darle un giro al sentido social actual”, concluyó.

Con información de DIANA MANZO/CORRESPONSAL

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