Con Feria del Totopo preservan Maíz Zapalote chico en el Istmo

#Juchitán 24 mayo (#Istmopress).- Por séptimo año, mujeres zapotecas e ikoots que realizan totopos para comercializar y obtener ingresos familiares, el objetivo es preservar el maíz zapalote chico, el cual es un grano endémico de esta zona istmeña y que se encuentra amenazado ante el revés que pudiera darse al ingreso del maíz transgénico en México.

Esta feria del Totopo nació hace quince años por idea original de Tomás Chiñas Santiago, representante de la organización social y cultural Tona´ Taati y desde el año pasado impulsada por la Regiduría de Desarrollo Económico del ayuntamiento de Juchitán que encabeza Hageo Montero López y la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).

Mujeres vestidas con su traje típico, mostraron a todos los presentes variedad inmensa del totopo , el cual es un alimento elaborado con maíz cultivado en tierras istmeñas que mediante un proceso tradicional es cocido con cal , posteriormente se lleva a un molino para ser triturado y finalmente darle forma circular y se le hace unos hoyos para ser colocado en la pared de las ollas de barro con una temperatura de más de 300 grados centígrados.

Las mujeres que asistieron a este evento, representan a los municipios de Juchitán, San Blas Atempa, Santa María Xadani, Ixtaltepec, San Pedro Comitancillo, Ixtepec, San Mateo del Mar, San Francisco Ixhuatán, Unión Hidalgo y San Juan Guichicovi.

Tomas Chiñas Santiago, dirigente de la organización social y cultural Tonna Taati y quién desde hace 15 años ha impulsado la elaboración y comercialización del totopo, señaló que actualmente es la séptima feria que se realiza.

Chiñas Santiago precisó que la Feria del Totopo, es para revalorizar la importancia de consumir alimentos indígenas elaborados con el maíz zapalote, conocido como el mejor del mundo y que se cultiva en tierra istmeña.

Chiñas Santiago recalcó que el gobierno federal y estatal debe impulsar la creación de políticas publicas para revivir el campo istmeño y deje a un lado al maíz transgénico, que lo único que causará es que los alimentos del hombre se mueran.

“Al totopo no se le debe mezclar con otras harinas o imitación de harinas, porque se pierde la consistencia y lo crujiente, los totopos duran mas de dos años almacenados, mientras estén alejados del sol y del agua, no debemos permitir la entrada de transgénicos, aparte es muy dañino para la salud ”, indicó.

Además de mujeres totoperas también hicieron presencia artesanos gastronómicos y de ropa típica y accesorios no solo del Istmo de Tehuantepec sino de la capital oaxaqueña y la región de la Costa.

*El totopo y sus sabores.

Un grupo de mujeres de San Mateo del Mar agrupadas bajo el nombre de Mbaj Nüx que significa “Flor de laguna” le han dado al totopo tradicional sin cambiar la textura y el tamaño nuevos sabores que van desde Nopal que es usado para los diabéticos o personas que deseen conservar su figura hasta el de piña o zanahoria y el más demandado el de nuez.

Ellas, Amadelia Lobo Oronos, Herminia Cuéllar Villaseñor, Amelia Vásquez Hurtado y Casilda Arrazola son amigas y vecinas, a diario realizan totopo, entre 200 y 300 piezas y los venden casa por casa o en los pueblos vecinos.

Tienen entre 27 y 30 años de edad, sin embargo desde los 18 años comenzaron a elaborar sus totopos para vender, y con ello han podido sacar adelante a sus familias, porque sus esposos no tienen un trabajo fijo, son obreros, campesinos y pescadores.

¿Cómo se les ocurrió agregarle sabores al totopo?, Amadelia Lobo Oronos expresó que porque han querido innovar para vender más y les ha funcionado, debido a que todos los sabores son naturales, no tienen conservadores y duran aproximadamente seis meses en sus bolsas.

“Cuando intentamos un nuevo sabor, molemos la fruta o extraemos el jugo, después lo mezclamos con la masa para darle sabor, algunas le ponemos sal y otras azúcar, pero por ejemplo el nopal es natural completamente y está muy rico, se vende mucho”.

Este grupo de mujeres no exporta al extranjero, su producto apenas y llega a comercializarse en Oaxaca y algunas veces a la Ciudad de México, el sueño es que su producto se importe a otros países.

Herminia Cuella Villaseñor de 28 años de edad, sueña con que sus totopos tengan una marca y una etiqueta para que su agrupación crezca aun más y obtengan mejores ganancias.

“Los totopos son un alimentos sumamente bondadosos, están deshidratados y aportan proteínas que ayudan al cuerpo, nos sentimos orgullosas de saber elaborarlas y heredarlo a nuestras hijas para que también sigan preservando el maíz y se siga consumiendo como alimento de nuestros pueblos indígenas”, expresó.

El ritual de las mujeres comienza muy temprano a las 4 de la mañana, ponen a cocer el maíz que un día antes compraron con los campesinos, después lo lavan y lo llevan al molino y comienzan a elaborarlo, mientras tanto el horno de comixcal está caliente listo para abrazar en su cuerpo los totopos y así sucesivamente hasta terminar 200 o 300 piezas.

 

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