La libertad de expresión, una utopía
#Juchitán 08 jun (#Istmopress) .- La libertad de expresión para muchos periodistas en este país mexicano es Utopía al igual que para Ignacio Santiago “Nacho” un joven reportero de nota roja o policiaca en su natal Juchitán en la región del Tehuantepec.
En su mente no olvida el 11 de enero del 2015, es la fecha que más recuerda en su mente y en su corazón y que ha superado inclusive la fecha de su nacimiento, lo recuerda tanto porque en esa fecha sufrió un atentado que lo dejo inmóvil y sin trabajo durante seis meses y que por fortuna volvió a nacer.
Los días de Ignacio desde hace un año y medio han sido inciertos,vive amenazado, no duerme por las noches, a diario escucha recomendaciones de su mamá y esposa, sin embargo continua en la labor periodística.
Su ingreso en el periodismo no fue casualidad, el destino lo puso en una redacción de periódico en el año 2009, cuando fue contratado como agente de ventas, en ese entonces estaba recién casado y se había convertido en padre de familia.
“No tener dinero y tener familia me orilló a aceptar el empleo sin embargo mi jefe observaba que siempre hojeaba la nota roja del periódico cada mañana que llegaba por mi orden de trabajo, hasta que un día me dijo que si quería colaborar en la nota roja y que lo único que haría era tomar fotografías y entrevistar al funcionario, por lo que acepte”, expresó.
Ignacio a partir de entonces comenzó a tener como aliados a su cámara fotográfica, una libreta y un lapicero, tres accesorios que no olvida ni para ir al cine o alguna fiesta familiar.
En sus primeras publicaciones Ignacio comenzó a recibir elogios y aplausos, poco le duro, por que al paso de los meses comenzaron las amenazas.
“Sí tu publicas la foto, ya veras como te irá”, “No saques mi cara y tampoco digas quién soy, si no te irá como en feria”, “No me tomes fotos, te conozco y sé donde vives”, “No lo publiques o si no, me conocerás quien soy en realidad”, estas frases han sido sus compañeras al diario para Ignacio quién reconoce que nunca pasó por su mente que atentaran contra su vida.
Para Nacho ser periodista no es tener libertad de expresión en su totalidad, porque lamentablemente a muchos no les gusta que se publiquen las cosas, no les gusta que sepan quienes son o porque actuaron así.
“Mi familia me dice porque elegí esta profesión y les comento que me gusta la adrenalina a pesar de que ahora no pueda dormir bien, a pesar de que duerma de tres a cuatro horas diarias y a pesar de que tema por mi vida”, sostuvo.
Para vivir “cómodamente” y “como Dios manda” Ignacio tiene tres “jefes” en uno le pagan 68 pesos por una nota publicada que incluye fotografía, en el segundo cobra quincenalmente 2 mil 500 y en el tercero lo hace solo para dar a conocer su trabajo sin recibir sueldo alguno.
Lamentó que la mayoría de los periodistas del Istmo de Tehuantepec no gocen de prestaciones de ley pero también enfatizó su reconocimiento porque aún así no dejan de teclear todos los días.
“Conozco a muchos periodistas y los admiro, todos los que hacemos nota roja vivimos así amenazados porque pareciera ser un pecado, la gente nos ve hasta mal cuando llegamos a un sitio y tomamos fotografías, sin saber que esa es nuestra labor, nuestra intención no es afectar a nadie”, dijo.
Aunado a la labor periodística, Ignacio también vende tabiques de concreto con el cual ha podido sacar adelante a sus tres hijos y sostener en un termino medio a su familia.
“Nada ha sido fácil, nuestros jefes no nos dan cursos y tampoco actualizaciones, todo lo que he logrado ha sido a base de constancia, algunos compañeros te enseñan y otras cosas por la misma experiencia, sin embargo es grato saber que alguien te lee, que alguien reconoce el trabajo, eso es único y placentero”, dijo.
Actualmente la inseguridad que azota en su natal Juchitán lo ha puesto aún más alerta, a pesar de contar con medidas cautelares ha solicitado más vigilancia en su domicilio a través de la policía estatal quienes lo protegen.
“A mi mamá le han dicho que me asesinaran y muchas cosas feas, pero confió en Dios, él sabe cuando me iré de este planeta, no le temo a la muerte, solo que será cuando sea la voluntad de nuestro padre Dios, mientras él no lo diga, yo sigo vivo y feliz ejerciendo lo que soy, un reportero de nota roja”.
Según la organización Articulo 19, en México se registraron 397 agresiones contra periodistas o medios de comunicación, incluidos ocho asesinatos, durante 2015, y según el cual ha sido el año con más agresiones desde 2009.
En el 2015 señaló Articulo 19 ha sido el año más crítico desde 2009 en lo que se refiere a agresiones de libertad de expresión, que aumentaron 21.8% en relación a 2014.
El documento cita en particular los casos de Moisés Sánchez, de Veracruz (este) asesinado en enero, el de Filadelfo Sánchez, de Oaxaca (sureste), y el de Rubén Espinosa, originario de la capital, donde fue asesinado en julio pasado, tras huir de Veracruz, el estado en que trabajaba como fotógrafo.
La organización informó además que en base a cifras, se ha observado un constante «deterioro del ejercicio de la libertad de expresión desde que asumió la presidencia Enrique Peña Nieto» en 2012.
En este 2016, según cifras de Artículo 19, se registraron 207 agresiones contra periodistas que aumentaron a más de 300 en los siguientes hasta llegar a 397 en este 2015, la cifra más alta desde 2009.
Por estados, Ciudad de México y Veracruz fueron los que registraron el mayor número de agresiones con 67 cada uno, seguido de Guerrero con 56, Puebla con 38 y Oaxaca con 35.
En esos estados «el ejercicio del periodismo se ha convertido en una actividad de alto riesgo», indica el documento según el cual Veracruz aparece como el más peligroso.
El informe señala a autoridades, de nivel federal, estatal y municipal, como responsables de 165 agresiones, lo que representa el 41% de los 397 ataques contra comunicadores. Otros 35 asaltos fueron perpetrados por el crimen organizado.
Artículo 19 ha documentado desde 2009 un total de mil 832 agresiones contra periodistas, 55 de ellas asesinatos.
Diana Manzo/Corresponsal
