El estagabeñe y la mudubina, trae la bendición a las familias juchitecas

#Juchitán 01 septiembre (#Istmopress).- Antes de que se oculte el sol, Marcos de 11 años de edad junto con sus amigos se preparan para ir de pesca, no van por peces y tampoco por camarones como lo hacen cientos de pescadores en Juchitán, van por los nenúfares Mudubina y Estagabeñe que colectan al sumergirse en las profundidades de la laguna Biahuido’, las venden y lo que obtienen han podido comprar sus útiles escolares para este inicio de clases y otras veces alimentos para su familia.

Según el historiador Víctor Cata, el sitio conocido como Biahuidó’ o Laguna So’pe’, es una de las zonas arqueológicas más importantes de la región del Istmo. El último trabajo arqueológico profesional sobre este sitio fue realizado por el arqueólogo Agustín Delgado, en la cual determinó que fue un paso natural para la comunicación entre las culturas del centro de México y las de Valles Centrales con las culturas de Centroamerica y Guatemala, como la cultura teotihuacana y la de los mayas.

Los menores desconocen el nacimiento de este lugar, no saben nada de su historia, sin embargo la consideran una bendición porque desde hace un mes con el corte de las flores blancas como le llaman al estagabeñe y a la mudubina han podido llevar dinero a casa y han disminuido las preocupaciones de su mamá por comprar sus útiles escolares.

Con la venta de las flores explica Marcos su abuela que mantiene a él y a sus cinco hermanos ya puede ir a la esucuela. Las flores las venden en ramos de cinco piezas a diez pesos en el mercado municipal de Juchitán.

“Colectamos entre 100 y 150 flores entre todos, mi abuela lo vende y nos trae el dinero, lo reparte en partes iguales y nos vamos contentos a la casa, gracias a la lluvia que cayó nuestra laguna tiene agua y las flores han crecido, aparte que nos divertimos, obtenemos dinero para comer”.

A los niños se les ocurrió la idea de cortar flores porque vieron que otros vecinos llegaban y se llevaban abundantes, entonces pensaron que sería una buena forma de contribuir en sus hogares y les ha funcionado.

“El chiste es aprovechar que hay agua en la laguna, porque a mediados del otro mes, la laguna dejará de cubrirnos con flores nuestras noches y con su agradable aroma, las abuelas dicen que eso solo Dios lo hace, no sabemos, pero de que nos gusta meternos al agua, es nuestro pasatiempo favorito”.

Marcos y sus amigos viven en la colonia Mariano Montero y otros en las Flores, ambos asentamientos son irregulares y están localizadas en la novena sección o cheguigo sur de Juchitán , considerada una de las secciones más abandonadas de Juchitán y con pobreza extrema, donde sus calles no tienen pavimentación, el agua llega cada tercer día y muchos no tienen energía eléctrica además de que las escuelas son de uan solo aula y ahí toman clases todos los grados.

El ritual

El ritual del estagabeñe’ y la mudubina desde hace un mes ha comenzado a las 5:00 de la tarde una vez que hayan regresado de la escuela, Eduardo quién consideran el líder es el primero en salir de su casa y con un silbido el resto de los menores se junta en la esquina, algunos se van a la aventura sin permiso otros aún vestidos con el uniforme escolar, al llegar a la orilla de la laguna entre juego y juego se arrojan al agua, mientras unos caen, otros acomodan las ropas y sus chanclas en hileras para que no se mojen y se pierdan.

Un árbol frondoso color verde les cubre el sol, se montan en el y comienzan a saltar en el agua, se sumergen en la profundidad y alegremente gritan ¡Encontré una, no digo una, dos, tres! y así sucesivamente los menores logran cientas de flores acuáticas.

Tienen entre 9 y 11 años de edad y no le temen a la laguna, pisan las espinas, separan la basura que ahí abunda y se sumergen por más de dos horas al día sin salvavidas, algunos saben nadar y otros se ayudan para no ahogarse.

¡He colectado hasta dos tambos! Responde Manuel, otro de los menores de escasos 9 años de edad y quién sin playera y con la vergüenza de que lo vean sin ropa interior apenas y saca el rostro.

¿Y tú abuela a que se dedica? Marcos no sabe que responder y da vueltas con el puñado de flores. “Mi abuela está enferma, tiene diabetes y no tiene dinero, por eso decidí cortar las flores para ayudarla, mi abuela está en una silla de ruedas, no tiene una pierna y es muy pobre, a veces no tenemos ni para las tortillas y para el gas mucho menos, cocinamos con leña”.

Los segundos no parecen transcurrir, entre el corte de los nenúfares las platicas y las anécdotas se dejan escuchar, no faltan los chistes en zapoteco o los recuerdos de la clase anterior, llega un momento donde se pierden en la oscuridad y es que con su tez morena se pierden entre las ramas verdes y finalmente salen, se visten y comienza la vendimia.

Laguna Biahuido’ sumergida en basura

La laguna Biahuido’ se localiza en una zona privilegiada por su cercanía a la ciudad, colinda con la carretera panamericana y también ha sufrido invasiones de lideres de la Cocei, quienes la han rellenado de escombro para realizar asentamientos o colonias populares. La zona delimitada por expertos como parte de la zona Laguna So’pe’ abarca toda la zona de uso común y también en zonas propiedad de particulares.

Hace tres años, un grupo de vecinos y campesinos así como profesores jubilados de Juchitán realizaron con el apoyo de la Comisión Nacional de los Pueblos Indígenas (CDI) una limpieza y horadación que contó con el asesoramiento del biólogo Alfredo Saynes, en la Laguna Biahuidó para que se formara la laguna y nacieran más nenúfares; actualmente, la laguna volvió a ocuparse por los ciudadanos como basurero y como asentamiento humano.

Mario Pérez, uno de los integrantes del Comité de rescate de la laguna Biahuidó’, comentó que la horadación se había hecho de forma superficial, sin afectar los tubérculos de las plantas nativas -como los nenúfares- y que se retiraron los escombros y basura.

El historiador zapoteca Víctor Cata reconoció que además de su valor histórico, en la zona de la laguna existe una importante biodiversidad de plantas, animales y aves; solamente en aves se registraron -solamente en esta zona- 31 especies, la mitad de las cuales son migratorias y en muchas de las cuales ya se olvidaron sus nombres en zapoteco.

 

Diana Manzo/Agencia de Noticias Istmopress

Fotografía: Jacciel Morales

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